Urkullu declara la emergencia sanitaria y advierte de que «no hemos pasado lo peor»

El Gobierno vasco ha declarado esta mañana el estado de emergencia sanitaria en Euskadi, un procedimiento administrativa por el que se activa la Ley de Gestión de Emergencias, una normativa prevista para situaciones de excepcionalidad como la actual. En la práctica, esta decisión «imprescindible en la situación de gravedad actual» supone que el lehendakari asume el mando único de gestión y coordinación de todas las labores que se pongan en marcha en la comunidad para combatir al coronavirus.

«Todavía no hemos pasado lo peor», ha advertido el propio Iñigo Urkullu en una comparecencia en Lehendakaritza. De esta manera, a partir de mañana Urkullu estará capacitado para decretar las siguientes órdenes:

-Confinamiento de personas en sus domicilios o en lugares seguros.

-Evacuación o alejamiento de las personas de los lugares de peligro.

-Restricción de acceso a zonas de peligro o a zonas de operación.

-Limitación o condicionamiento del uso de servicios públicos y privados o el consumo de bienes.

-Limitación o prohibición de actividades en lugares determinados y obligación de adoptar precauciones, prevenciones o comportamientos concretos.

Estas medidas sólo podrán estar vigentes el «estrictamente el tiempo necesario para afrontar la emergencia», y deberán ser «proporcionadas» a la entidad del riesgo y «no darán derecho a indemnización alguna».

Con el movimiento dado esta mañana, el Gobierno vasco apunta a un endurecimiento de las medidas que va a adoptar en los próximos días. Se espera que el número de contagios siga creciendo a la espera de que en el plazo de una semana o diez días comiencen a verse los resultados de las primeras decisiones –cierre de colegios y de hogares del jubilado y restricción del acceso a residencias– tomadas en esta crisis.

Pero ante el temor de que no sean suficientes, Urkullu quiere tener las manos libres para seguir el ejemplo de Italia o de la Generalitat de Cataluña, que anoche decretó el cierre de la comarca de Igualada, donde 70.000 personas y tres municipios permanecen confinados. Cualquiera de estas medidas deberá tomarse en coordinación con el Gobierno central, que a su vez también está ultimando acciones más contundentes a nivel nacional para tratar de contener los contagios.

Ninguna de estas acciones, no obstante, tendrá el éxito deseado si la población no sigue las recomendaciones dadas desde hace semanas por las autoridades sanitarias. Urkullu ha sido taxativo en su comparecencia de esta mañana: «Lo urgente es cumplir las medidas preventivas. Se deben aplicar en todo momento. En nuestra mano está dar la mejor respuesta colectiva. Es imprescindible el compromiso de cada persona. Cada persona debe asumir, cumplir y difundir las medidas de prevención que se adopten», ha remarcado.

«Soy consciente de que estamos pidiendo un esfuerzo extraordinario a cada persona, familia, empresa. Pero está justificado porque la situación nos afecta a la salud de todos. Es un hito histórico por su gravedad, consecuencias y prolongación en el tiempo», ha añadido.