La incidencia del virus sigue a la baja en Euskadi, que notifica 224 nuevos casos

No obstante, los tres territorios vascos mantienen la mejoría en su incidencia acumulada. Ésta se ha reducido casi once puntos en Gipuzkoa -su tasa se queda ahora en 174 casos por cada 100.000 habitantes- y cuatro en tierras vizcaínas (178). En Álava, la caída es mucho menor; de apenas 1,5 puntos hasta situarse en 149. Este descenso, no obstante, le permite mantener la trayectoria descendente que retomó este miércoles, tras lograr quebrar el repunte de su curva epidemiológica iniciado hace dieciséis días.

En consecuencia, la incidencia acumulada (IA) a 14 días, el índice más representativo de la evolución de la enfermedad, también decrece en la comunidad: ha caído seis puntos, según recoge el último balance, y se sitúa en 174,80; un guarismo que no se veía desde la primera semana de agosto de 2020, hace ya diez meses. En los próximos días, esta tasa seguirá reduciéndose, según anticipa el R0. Este indicador, que determina el número de infecciones que genera a su vez cada caso confirmado, se mantiene por debajo de 1 (0,82). Encadena nueve jornadas consecutivas bajo ese umbral.

La tendencia a la baja de la pandemia, por lo tanto, se consolida. Lo hace cuando ya se ha cumplido un mes desde el fin del estado de alarma, con el que decayeron también las restricciones más severas. No obstante, los ciudadanos no pueden relajarse ni bajar la guardia. ¿Los motivos? Las cepas pueden desembocar en nuevos repuntes del virus. Y podrían darse rebrotes en cualquier momento. De hecho, este fin de semana está marcado en rojo en el calendario. Hay cierta preocupación entre sanitarios y expertos por el riesgo de que las fiestas de Selectividad provoquen nuevos brotes. Hace un año, cuando se extinguía la primera oleada vírica y la pandemia parecía estar controlada, comenzaron a darse contagios entre jóvenes que celebraban el fin de las pruebas de acceso a la Universidad. Esas fiestas reactivaron la circulación del virus y causaron los primeros grandes focos del pasado verano en Ermua, Eibar o Zarautz.

Se da la circunstancia de que los jóvenes integran, además, uno de los grupos de población que todavía no están mayoritariamente inmunizados. La franja de quienes tienen entre 0 y 18 años concentra 57 de los 224 casos detectados el jueves en Euskadi. Eso sí, le superan otros dos segmentos poblacionales. El bloque formado por ciudadanos con edades comprendidas entre los 19 y los 39 años suma 72 positivos, mientras que 85 de los nuevos contagiados tienen entre 40 y 64 años. Los mayores de 65 apenas suman diez casos; de los que justo la mitad están asignados a vascos que superan la barrera de los 80 años.

Al margen de la mejoría en el número absoluto de contagios diarios, en la incidencia y en el R0, sobresale también el buen dato que muestra la positividad, el porcentaje de pruebas diagnósticas que arroja un resultado positivo. Esta tasa encadena una semana por debajo del 4%, el nivel que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta circunstancia permite que los contagios estén bajo el control de la red de rastreadores; por lo que es posible cortar las cadenas de propagación del virus de forma más rápida y efectiva.

Desde el ámbito hospitalario, llegan también síntomas que, en general, invitan a cierto optimismo. El jueves se registraron, en toda la red de centros de Osakidetza, 36 nuevos ingresos de ciudadanos que precisaban tratamiento clínico por complicaciones en su estado de salud debido a la acción del patógeno. Eso sí, son doce más que en la jornada anterior. En planta, están todavía hospitalizados 116 pacientes; ocho más que los ciudadanos ingresados el miércoles.

En las unidades de intensivos, mientras tanto, se mantiene una elevada presión asistencial, aunque se siguen vaciando camas. Conforme al último balance facilitado por Salud, los sanitarios cuidan de 71 enfermos críticos. Son seis menos que la víspera y una cifra similar a la que se registraba los días 5, 6 y 7 de enero. Eso sí, entonces eran cerca de 290 los enfermos ingresados en planta. Salud no detalla si este descenso en el número de los pacientes más graves atendidos en las UCIs se debe a una mejoría en su estado de salud, que permite su traslado a un cama convencional, o si éstos han fallecido.