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Un mes normal, la empresa alavesa A&B Laboratorios de Biotecnología vende entre una y dos toneladas de geles hidroalcohólicos. Hablamos de esas sustancias que se usan para desinfectar las manos. Pues bien, para marzo, ya tienen pedidos que suman las 150 toneladas. Cien veces más que lo habitual. Es, naturalmente, por el coronavirus.
Esta empresa, ubicada en el polígono alavés de Júndiz y que forma parte de la Asociación Vasca de Industrias Químicas, está asistiendo a la crisis sanitaria en primera fila. Hace tres semanas «empezamos a notar un aumento de la demanda en mercados internacionales», explica Kepa Izaguirre, director técnico de la firma. Comenzaron a llegar pedidos de China, lo que nunca habían visto –porque el gigante asiático, normalmente, tiene de todo–. Al principio enviaron los productos por la vía habitual: contenedores por transporte marítimo. Pero luego, «debido a la urgencia», tuvieron que mandarlos en avión.
Más tarde la crisis sanitaria se desplazó a Italia, lo que también les exigió un esfuerzo para satisfacer la demanda. «Y la semana pasada llegó la locura a nivel nacional. No damos abasto para fabricar». La avalancha de pedidos les está haciendo dedicar sus líneas de producción –fabrican otros productos– casi íntegramente a elaborar estos compuestos. «La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el 80% de las enfermedades infecciosas se pueden prevenir con una buena higiene de manos».
¿A quiénes venden? A hospitales, organismos oficiales, compañías de limpieza, hostelería... Buena parte del repunte en la demanda ha llegado, curiosamente, de «grandes empresas». Son esas que tienen plantillas muy nutridas y que no se pueden permitir un brote viral que conlleve las consiguientes bajas, cuarentenas, etcétera, que les abocaría casi a la paralización de la actividad. Eso sería una ruina.
Claro, A&B también tiene proveedores de productos para elaborar sus compuestos. ¿Hay riesgo de desabastecimiento? «De momento no falta suministro, pero si siguen entrando pedidos a este ritmo, sí habrá problemas», advierte Izaguirre. Eso sí, asegura que los precios no se han disparado. Al revés, «incluso se han abaratado» porque, con semejante incremento en el volumen de pedidos, están pudiendo ofrecer tarifas más competitivas a sus clientes. Y «no nos consta» que en los siguientes eslabones de la cadena nadie se esté aprovechando de la situación para sacar tajada.
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