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A diferencia de fines de semana precedentes, la zona portuaria de Castro apenas registró circulación. E. C.

La costa cántabra blinda sus calles a los veraneantes

El alcalde de Noja fija un único acceso a la localidad para «optimizar recursos» y facilitar la labor a la Policía Local y a la Guardia Civil

Domingo, 29 de marzo 2020

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La costa cántabra ha blindado este fin de semana sus accesos para evitar la llegada de veraneantes y dueños de segundas residencias, propiedad en su mayoría de ciudadanos de Euskadi. Tras el ruego lanzado el pasado 14 -nada más decretarse el estado de alarma- a madrileños y vascos de no salir de sus viviendas, algunos alcaldes han pasado a la acción y han apostado por medidas más contundentes, aparte de intensificar los controles policiales, que han sido constantes desde el viernes en las entradas de los principales municipios turísticos de la comunidad vecina, como Laredo y Castro.

No obstante, la intervención más radical ha tenido como escenario Noja. El alcalde de la localidad, el regionalista Miguel Ángel Ruiz, acordó el viernes dejar abierto un solo acceso a la villa, por lo que solo se podía entrar a través de la carretera CA-147. El Ayuntamiento anuló el resto de los viales disponibles, que conectan con las áreas de Soano, Castillo, la salida de Los Molinos y la zona de Helgueras por La Rota.

Esta decisión tiene un objetivo claro: evitar la entrada de personas procedentes de otras comunidades limítrofes. La Corporación justificó esta actuación tras comprobar los resultados cosechados el pasado puente de San José, cuando «numerosos conductores», según reconocen responsables municipales a este periódico, buscaron todo tipo de atajos posibles para saltarse la orden de confinamiento, que conlleva sanciones mínimas de 600 euros.

Pese a que un buen número de personas fueron multadas, la semana pasada volvieron a repetirse los intentos por parte de numerosos automovilistas que aprovechando el buen tiempo trataron de acercarse a puntos de la costa oriental, haciendo caso omiso de la prohibición de circular.

Este fin de semana, sin embargo, el tráfico de vehículos ha sido «mucho menor» que en jornadas precedentes, según explicó ayer Miguel Ángel Ruiz. El alcalde rechazó que la medida tratase de impedir la entrada de ciudadanos vascos a la villa y aseguró que buscaba, sobre todo, «optimizar los recursos» y «agilizar» la labor tanto de los agentes de la Policía Municipal como de la Guardia Civil. «Se trata de hacerles más fácil el trabajo a ambos Cuerpos en las labores de control. Está meridianamente claro que la gente, mientras no se levanten las medidas implementadas, se tiene que quedar en casa», insistió. Ruiz adelantó que el establecimiento de un único acceso al municipio no solo se mantendrá a lo largo de este fin de semana, sino que se prolongará hasta el final del confinamiento, por lo que todo el tráfico rodado se dirigirá exclusivamente por la CA-147.

Normalidad en Castro

El escaso tráfico también ha sido la nota imperante en las inmediaciones de Castro Urdiales. Al igual que su homólogo de Noja, la alcaldesa, Susana Herrán, alabó ayer la «coherencia y responsabilidad» mostrada por la ciudadanía. La dirigente socialista resaltó que la «normalidad» ha marcado este fin de semana frente a los dos anteriores. «Ni ha habido afluencia de gente ni hay que constatar ningún problema destacable», destacó.

Herrán reconoció, no obstante, que tanto la Policía Municipal como la Guardia Civil desplegada en Castro han intensificado la vigilancia, lo que ha podido disuadir a muchas personas. «Se está controlando mucho. El número de sanciones que se tramitaron a lo largo de la festividad de San José no ha tenido, por fortuna, nada que ver con las de estos últimos días», aplaudió.

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