La comunidad china en Euskadi pide una cuarentena voluntaria a los que llegan
La diáspora del país asiático está «muy tranquila» con el coronavirus y recuerda que provienen de una zona alejada de Wuhan
El expresidente de la comunidad china en Euskadi, Xiago Rong Zhu, lanza un mensaje tranquilizador: «Sólo hay un caso en España de coronavuris y es ... alemán. No hay ningún chino contagiado aquí. Desde que empezó, la gente ha dejado de viajar a China. Ni siquiera para la celebración del Año Nuevo Lunar. Van muy pocos y, cuando vuelven, les estamos pidiendo que permanezcan en casa durante 14 días antes de hacer vida normal». Hay incluso un mensaje de móvil que se reenvía entre los miembros de esta diáspora recomendando una cuarentena preventiva, que es de carácter voluntario, y que se alinea con la recomendación sanitaria de limitar el contacto durante los días de incubación del virus. Algunos supermercados de compatriotas les ayudan para que no salgan. Es un eslabón preventivo más que se suma a los controles para detectar pasajeros con fiebre en los aeropuertos. «Además, nadie está viajando a Wuhan, sino mucho más al sur», aclara Rong Zhu. La demanda se desplomó y varias aerolíneas, como British Airways e Iberia, han suspendido sus vuelos a Shanghái desde Londres o Madrid.
Uno se pregunta si esta crisis se estará dejando notar en sus negocios, si ha bajado la clientela en sus numerosos locales. Xiau Zhen Xu atiende la Peluquería Amaya, en la calle bilbaína Elcano, que estaba ayer abarrotada. Varios clientes charlaban en los asientos instalados en un lateral mientras esperaban su turno. Ante aquella cola, estaba casi de sobra preguntar si se nota la alarma del coronavirus. «No, nosotros no tenemos menos clientes en la peluquería. Es verdad que ha sido un susto, pero enseguida les explicamos a la gente que en Bilbao no hay ningún problema y se quedan tranquilos». Zhen Xu valora la gestión que China está haciendo del asunto porque «ahora mismo la gente tampoco sale del país, no viaja fuera. Esperarán a estar curados antes de hacerlo, y no habrá problemas», vaticina.
Osakidetza ha repartido este fin de semana un protocolo de actuación entre el personal sanitario por si apareciera algún caso pero el Gobierno vasco insiste en que no hay motivos para la alarma. La comunidad china en Bilbao se siente «completamente tranquila» y argumenta por qué. «La mayoría de los chinos que hemos venido aquí somos de la misma zona, en la costa sureste del país. Eso queda muy lejos de la región de Wuhan, donde están los mayores problemas», cuenta una madre que se muestra preocupada porque a su hija, de 11 años, «hay niños que le bromean en el colegio con el tema del virus y le hacen sentir mal. Están en esa edad en que oyen cosas pero todavía no las entienden bien», opina. «Hay clientes que preguntan si se van a acabar las mascarillas en Bilbao, pero no hay de qué preocuparse. Estamos enviando algunas a China porque hacían falta, pero dejamos siempre una parte aquí».
En general, la comunidad china en Euskadi es muy discreta y, cuando habla, prefiere no dar su nombre. En el bazar Alón y en Landy Moda el dominio del castellano se desploma cuando se les pregunta por el coronavirus. En los restaurantes, donde los trabajadores llevan más tiempo entre nosotros, son más comunicativos y explican que no han notado un descenso de las reservas. «Todo normal, hay algún día con algo menos de gente, pero parecido» que antes del virus», valoran en el 'Xing Yuan'. Sus trabajadores llevan «15 años sin viajar a China», así que su riesgo de contagio es idéntico al de alguien nacido aquí. «No tenemos ningún miedo», zanjan.
«La mayoría no ha viajado a China y quien lo hace pasa 14 días sin salir de casa antes de hacer vida normal»
«Queda a mil kilómetros»
«Nadie nos pregunta por el coronavirus». Sea por evitar una situación incómoda o porque el virus no preocupa tanto como parece, ellos agradecen el trato normal. El León de Oro, uno de los más clásicos restaurantes bilbaínos de comida asiática, ayer a mediodía estaba «completo». El cocinero prepara una sopa típica mientras una camarera opina que «China está fuerte y acabará pronto con el virus. En Bilbao estamos muy tranquilos», añade. En los comercios orientales cercanos, lo que más notan es que «se vende algo menos porque la mitad de los que compran son de origen chino y, llevan regalos cuando viajan a casa y ahora no hay viajes». En La Casita, el restaurante chino de La Casilla, Sang Jiang explica que tienen también «casi todo reservado» y que no conocen a nadie de la zona afectada por el virus. «Nosotros nacimos en la región de Fujian, donde casi no ha habido contagios. Wuhan queda muy lejos, a mil kilómetros. No hay que preocuparse». A veces se olvida que China es una inmensidad con 15.000 kilómetros de costa y 1.400 millones de habitantes.
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