Cómo funciona y cuánto cuesta Mounjaro, el nuevo fármaco para adelgazar que llega a las farmacias

La tirzepatida ha sido aprobada para dos finalidades. Por un lado, como tratamiento de la diabetes tipo 2 y, por otro, para el control del peso en personas con sobrepeso con un índice de masa corporal (IMC) superior a 27 y, al menos, una complicación derivada del exceso de peso, o con obesidad, es decir con un IMC mayor de 30. El IMC se calcula dividiendo el peso en kilogramos por la estatura en metros cuadrados. «Es para personas decididamente enfermas. No estamos hablando de pérdidas de peso ocasionales para irse a la feria. Si no tienes necesidad de ellos, no te va a hacer ningún favor. Alterar todo un sistema hormonal puede provocar efectos perjudiciales a largo plazo», insiste Malagón.

Por su parte, Ozempic está orientado a pacientes con este tipo de diabetes y un IMC superior a 30 aunque está siendo utilizado para perder peso por haber sido promocionado por personajes como Kim Kardashian o Elon Musk, lo que ha causado problemas de desabastecimiento. Wegoby sí está indicado para combatir la obesidad.

Si Ozempic y Wegoby tienen como principio activo la semaglutida y ayudan a regular los niveles de glucosa en sangre imitando la acción de una hormona -el glucagón-1, GLP-1, por sus siglas en inglés- que se segrega de forma natural en el intestino delgado cuando se consumen alimentos, Mounjaro actúa gracias a la tirzepatida, que actúa tanto sobre el GLP-1 como sobre otra llamada GIP. Según sus responsables, favorece el control glucémico, hace que disminuya el apetito, aumente la sensación de saciedad y reduce el exceso de grasa, incluida la grasa visceral en el perímetro de la cintura. Además, en los pacientes con diabetes tipo 2 mejora el control glucémico a través de múltiples mecanismos que incluyen mayor secreción de insulina, menor secreción de glucagón y una mejor sensibilidad a la insulina.

Según los datos presentados por la farmacéutica, Mounjaro ha logrado un control de los niveles de glucosa en pacientes diabéticos superiores a los logrados con los fármacos basados en la semaglutida. En concreto, el 87% de los pacientes alcanzó niveles de hemoglobina glicada (HbA1c) de 6,5% o inferiores en comparación con el 66,2% de los tratados con semaglutida 1mg. Respecto a la pérdida de peso, la reducción media ha sido de hasta 12,4 kilos frente a los 6,2 de sus rivales.

En personas con sobrepeso y obesidad sin diabetes, la tirzepatida mostró una reducción de peso media de hasta el 22,5% (23,6 kg) a la semana 72 del tratamiento. Además, 4 de cada 10 pacientes consiguieron una pérdida de peso igual o superior al 25%.

Como Ozempic y Wegoby, Mounjaro se administra con un pinchazo subcutáneo una vez a la semana. Estará disponible en dosis de 2,5, 5, 7,5 y 10 miligramos. -existe también una de 15mg, pero no estará todavía al a venta en nuestro país-. El tratamiento comienza de forma escalonada con una dosis de 2,5 mg durante 4 semanas, cuando se sube a 5 mg. «Si no se consigue los resultados esperados, se vuelve a subir hasta los 7,5 mg durante otras cuatro semanas, para de ahí pasar a 10», explica José Antonio Sacristán, director médico de Lilly España.

Dispensado en farmacias solo con receta médica y sin estar financiado por el Sistema Nacional de la Salud, la dosis de 5 mg cuesta 271 euros mensuales y la de 10, 358. Ozempic sale por unos 140 euros mensuales mientras que la dosis más baja de Wegovy (0,25 mg) asciende a 180 euros y la de 2,4 miligramos, a 292.

Como sus competidores, puede provocar molestias gástricas, náuseas, diarreas y estreñimiento, lo que ha hecho que el 4,2% de los pacientes dejaran el tratamiento. También se ha detectado pérdida de masa muscular.. Está contraindicado en embarazadas -no se han hecho pruebas con ellas- y en personas con pancreatitis. Cuando se dejan de tomar, los pacientes recuperan hasta la mitad del peso perdido en año y medio. Además, un reciente estudio ha mostrado que la terzapatida es eficaz contra los ronquidos.