Alertan de que las copas menstruales tienen un riesgo remoto de complicaciones renales

Médicos británicos describen el caso de una mujer que sufrió una inflamación de los riñones por la colocación inadecuada del dispositivo

Martes, 11 de febrero 2025

Las copas menstruales, que se utilizan para la recogida del flujo sanguíneo provocado por la regla, tienen un riesgo probable de provocar una grave afección ... renal. La revista 'British Medical Journal', referencia mundial en salud, alertó ayer sobre un caso de ureterohidronefrosis, que es un riñón inflamado por el bloqueo del flujo de orina. Una mala colocación del dispositivo originó el problema.

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El caso descrito es de momento el único conocido hasta la fecha, en relación con un producto que usan en el mundo millones de mujeres. En España se dice que casi la mitad. Es muy raro que se produzca algo así, pero su publicación sirve para alertar a la población femenina de la importancia de asegurarse de la buena colocación de la copa. La ureterohidronefrosis se manifiesta con dolor, heridas vaginales, reacciones alérgicas, pérdidas, incontinencia urinaria, desprendimiento de dispositivos intrauterinos e incluso infecciones.

El equipo médico trató a una mujer joven de unos 30 años que había detectado la presencia de sanghre en su orina y sufría un dolor intermitente en el costado derecho y la pelvis. Venía ocurriendo desde los seis meses anteriores. Según se describe en el artículo, tres años antes le habían extirpado un cálculo renal de 9 milímetros. Utilizaba un dispositivo intrauterino (DIU) de cobre como método anticonceptivo y uno o dos días al mes, durante los períodos de mayor flujo sanguíneo, utilizaba una copa menstrual que vaciaba cada dos o tres horas.

Necesidad de mejorar la información

Una tomografía no reveló signos de cálculos renales, pero sí un riñón derecho y un uréter hinchados. También se detectó la presencia de una copa menstrual. Los médicos pidieron a la paciente que no usara la copa menstrual durante su siguiente período y que volviera para una ecografía de seguimiento un mes después. La hinchazón, según se comprobó había disminuido y la orina drenaba con normalidad. Los síntomas desaparecieron por completo, lo que llevó a los autores del informe a concluir que era la copa la causante de sus problemas

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Seis meses después, la paciente acudió a un nuevo control y explicó que sólo había utilizado la copa menstrual ocasionalmente durante 3 o 4 horas seguidas durante sus visitas a la piscina. No había querido volver a utilizarla de forma regular por miedo a posibles complicaciones. Su caso no es único, pero sí es raro. «Hasta donde sabemos, sólo se han notificado unos pocos casos similares», señalan los autores del informe. Las copas menstruales, aconsejan, se pueden comprar y utilizar sin el asesoramiento clínico de un profesional de la salud, «lo que enfatiza la importancia de un material informativo detallado y claro para la paciente».

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