Las UCI, en estado de alerta. «Lo peor está por llegar», dice el responsable de la unidad de Cruces
Las unidades de críticos vascas entran en estado de alerta ante la ocupación creciente y el temor al aluvión de contagios del puente
Iñaki Juez y ALBA CÁRCAMO
Lunes, 13 de diciembre 2021
Son ya 91 pacientes los que se encuentran ingresados en las UCI vascas, según los últimos datos dados a conocer este lunes por el Departamento ... de Salud. Una cifra muy preocupante, sobre todo teniendo en cuenta que son 15 enfermos más que los registrados hace tan sólo dos días. El número de personas que se encuentran en planta en los hospitales de Euskadi también va en aumento. Ya son 338, ocho más que hace 48 horas. La única buena noticia es que en este mismo periodo de tiempo los ingresos hospitalarios han pasado de 62 a 20. Pese a todo, la sensación que transmiten los datos es que «lo peor está por llegar».
Por ello, muchas UCI de Euskadi se encuentran ahora mismo en «alerta naranja. Es el caso de la de Cruces, según Fermín Labayen, el jefe de esta unidad del hospital de Barakaldo que mantiene ingresados a 11 pacientes con covid con la previsión de que «vayan llegando más en los próximos días».
«De no ser por los sueros, en Euskadi hubiéramos vuelto a la primera ola», subraya el doctor Labayen
Pese al aumento de ingresos debido al impacto de la sexta ola, Labayen ha destacado que la ocupación de las UCI se está produciendo «de forma más lenta» que en anteriores fases de la pandemia, por lo que tenemos «más capacidad de adaptación». Asimismo, ha desvelado que la situación en Cruces no es tan dramática como en otros hospitales, ya que «en el Donostia están en un escenario 3, que es más complejo, mientras que nosotros estamos en el 2».
No obstante, el jefe de esta unidad de Cruces, en declaraciones a Radio Euskadi, ha advertido que «lo peor falta por llegar. No hemos llegado todavía al pico de la ola social», la de los contagios. El facultativo no ha precisado si las personas internadas en críticos están o no vacunadas, si bien ha recordado que los ciudadanos sin inocular «tienen cinco veces más posibilidades» de terminar en un hospital.
El grueso de los pacientes en la UCI son «mayores», aunque ha advertido que hay joven «menor de 30 años», y se trata, en líneas generales, de personas con más riesgo de «poder reinfectarse porque su capacidad de producir defensas es menor que las del resto», ya que tienen tumores, están trasplantados o con tratamientos específicos.
En ese sentido, ha dicho, «siempre va a haber riesgo de que sigamos teniendo olas de reinfección», porque no todo la gente tiene la misma respuesta, y porque «el virus muta», y lo seguirá haciendo mientras no avance la vacunación a nivel mundial. En la situación actual, con miles de positivos a la semana, Labayen ha subrayado que, de no ser por los sueros, en Euskadi «hubiéramos vuelto a la primera ola».
El profesional ha animado, asimismo, a vacunar a los niños. En primer lugar, porque «hay un porcentaje que tienen afectación por el propio virus», pero también para «limitar la facilidad de transmisión» y evitar que dos colectivos sensibles, el de «sus padres», personas de 30 a 40 años entre las que «hay un porcentaje de no vacunados», y el de «los abuelos» no estén en riesgo.
Reorganización de vacaciones
Para hacer frente a un posible aumento de la presión hospitalaria, en su servicio, ha avanzado, están «reorganizando» las vacaciones. Adecuarán «la situación de los profesionales» a las necesidades que surjan. «Lo haremos con sufrimiento personal, pero tendremos que dar lo que hay que dar, y adaptarnos», ha zanjado.
También ha recordado que «las medidas» para frenar la expansión del virus ya existen, que no hay que esperar una «panacea» por parte del Departamento de Salud. «Hay que cumplir con lo que hasta ahora se ha visto que es efectivo», ha insistido. Mascarillas y «cambiarlas con frecuencia», lavado de manos, mantener la distancia interpersonal y «volver a las limitaciones de aforos». A su juicio, debemos implantar de nuevo «entornos de burbuja social», estar siempre «con las mismas personas» y alejarse de «comidas y cenas de empresa de 60-80 personas».
Evitar esos grandes eventos ayudará a frenar el virus más que otras medidas complementarias como los test de antígenos, muy útiles «si dan positivo» pero no infalibles. «Hemos visto en las noticias reuniones de personas que se han hecho antes test de antígenos, todos eran negativos y luego se han contagiado los comensales», ha detallado. Y eso, contagiarse, es ahora más fácil que hace unos meses. «Con la variante delta, en una reunión de 10 comensales por contaminación intercomensal podía haber dos infectados. El porcentaje de ómicron no serían 2, serían 8», ha advertido.
De ahí que, por ejemplo, el servicio de la UCI de Cruces «ha suspendido» su tradicional cena navideña, porque «el riesgo es excesivo». «Los sanitarios están cansados, pero debemos ser un poco estrictos», ha afirmado.
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