Alcaldes vizcaínos lamentan que la «relajación» haya tenido que forzar el uso obligatorio de mascarilla

La obligatoriedad de utilizar mascarilla desde mañana en Euskadi en cualquier espacio público no ha sorprendido a los alcaldes de las principales localidades vizcaínas. Coinciden en que esa medida, en este momento, es «necesaria». El goteo de rebrotes pone de relieve, razonan, que «nos hemos relajado». Y lamentan que el Gobierno vasco haya tenido que ir al «extremo», como forzar su uso siempre, incluso en la calle, por la «falta de responsabilidad» de muchos ciudadanos.

Ignorar las tres reglas básicas (mascarilla, distancia social e higiene de manos) puede traer «graves repercusiones» no solo para la salud de quien se las salta, sino también a nivel «sanitario y económico», advierte Asier Iragorri, regidor de Basauri. En los inicios de la pandemia, esta fue una de las localidades más azotadas por el virus; de ahí que sus vecinos se «tomen más en serio» las medidas de seguridad. El dirigente jeltzale puntualiza que «las limitaciones ya estaban aquí, y ha tenido que venir una institución a recordarnos que tenemos que usar la mascarilla». Si estás tomando algo con amigos, «deberías volver a ponértela cuando terminas el café, pero la gente no lo hacía». Por eso, y por otros ejemplos, «ahora te obligarán a ponértela aunque estés solo».

En términos similares se pronuncia Mikel Torres (PSE). El alcalde de Portugalete considera que «la implicación personal de cada uno de nosotros es fundamental». Y, como «no somos cumplidores», y no se puede «controlar» cada caso particular, tendremos que portarla en todo momento. En su caso, sí que ha apreciado que, en la última semana, «viendo todos estos rebrotes, la gente la lleva más masivamente que antes». Desde las instituciones, insiste, «tenemos que intentar poner las máximas medidas preventivas posibles para que no aumenten los focos de contagio que se ve que está habiendo», por lo que considera que la obligatoriedad de utilizar la mascarilla era «inevitable» teniendo en cuenta la evolución de la pandemia.

Juan Mari Aburto (PNV), por su parte, ha destacado que «nosotros estamos al servicio de las autoridades sanitarias». Eso sí, el bilbaíno incide en que, además de esta, se cumplan otras especificaciones, como mantener la distancia. «La enfermedad es muy dura», asegura José Mari Gorroño (Eusko Abertzaleak-PNV), primer edil de Gernika. Él permaneció 21 días ingresado y por eso, porque no desea «a nadie que pase por esta historia», subraya que «toda prudencia es necesaria». Además, dice, «no podemos olvidar los cuatro meses que hemos estado confinados y con restricciones». Ve positivo que se imponga el uso del tapabocas; todo lo que sea para frenar el avance del virus. «Debemos llevarla puesta. Es necesario tomar todas las medidas preventivas para que no caiga nadie más», remacha. Y predica con el ejemplo, porque la utiliza «en todo momento» pese a que le han asegurado que él no contagia.

Su homólogo de Leioa, Iban Rodríguez(PNV), también ve que es, junto con la «distancia» social, «el método más eficaz para frenar la transmisión del virus». Apela, en ese sentido, a ser «responsables». El alcalde de Galdakao, Iñigo Hernando (EH Bildu), aprecia que se trata de «una medida lógica desde el principio básico de poner la salud de las personas por delante del resto de cuestiones». «Ojalá que pronto podamos dejar de hablar de máscaras y restricciones, pero mientras tanto todas y todos tenemos que ser conscientes de la magnitud del problema y actuar en consecuencia», incide el regidor, que echa en falta «un contacto más estrecho» de los ayuntamientos con Osakidetza.

Amaia Agirre (PNV), al frente de Getxo, afirma que lleva semanas «repitiendo que no hemos salido de la pandemia y nos hemos relajado después de estar en casa». Es por ello que insiste en la necesidad de tener en cuenta «cuatro cosas sencillas: ponerse mascarilla, lavarse las manos, mantener la distancia y evitar aglomeraciones». Con estas actuaciones se evitaría, en opinión de la regidora getxotarra, «desastres mayores y volver a un sistema de confinamiento».

La dirigente santurtziarra, Aintzane Urkijo, considera que se trata de una medida «muy acertada y necesaria, teniendo en cuenta el ascenso de los nuevos brotes que se van registrando en diferentes localidades». «Si de forma individual parece que en algunos casos no se estaban cumpliendo las medidas, hay que ser firmes y decretar cuanto esté en manos de las autoridades sanitarias por el bien común», concluye.

También la alcaldesa de Durango, Ima Garrastatxu(EH Bildu), admite que «no hemos sido responsables, no hemos sabido respetar», por lo que entiende que «se imponga de forma dura. En cantidad de situaciones la distancia no se cumple y para eso está la mascarilla». Consciente del incumplimiento, sobre todo en zonas de hostelería, el Ayuntamiento emprendió el pasado viernes la campaña Durangok Durangon arduraz para apelar a la responsabilidad de la clientela. «Los bares han colaborado y lo han acogido muy bien porque se veían obligados a enfrentarse al público para cumplir una norma sanitaria por el bien de todos». La campaña de concienciación la extenderán por los establecimientos porque solo de esta forma, en su opinión, se lograrán los objetivos.

Amaia del Campo, regidora de Barakaldo, se ha mostrado «totalmente de acuerdo con la medida. Es un gesto muy sencillo, ponerse una mascarilla, y con él podemos protegernos y proteger a toda la ciudadanía ante la Covid-19. La prioridad continúa siendo la salud pública. No debemos dejar que el virus vuelva a recuperar el terreno que tanto sacrificio nos ha costado quitarle. Así que aprovecho para pedir a la ciudadanía responsabilidad. Antes de salir de casa, ponte siempre la mascarilla, continúa con el lavado de manos y el uso de hidrogel».