"Nuestro papel es ir a los hospitales a conocer la respuesta a la pandemia y los aspectos a mejorar de cara al futuro"

"Respeto a los sindicatos y sus reivindicaciones, pero no comparto sus formas". Así se ha referido hoy la consejera de Salud, Nekane Murga, a los abucheos que ella y el lehendakari Iñigo Urkullu recibieron ayer durante su visita al hospital de Cruces por parte de los representantes de los trabajadores sanitarios.

Y es que han sido días de mucha tensión y más para el personal sanitario que está doblegando la curva de la pandemia. Pese a que las cosas están más tranquilas en los hospitales vascos por la reducción de ingresos por coronavirus, algunos trabajadores del hospital de Cruces no dudaron el lunes en demostrar su malestar al lehendakari, aprovechando una visita programada el centro en compañía de la consejera y del director general de Osakidetza, Juan Luis Diego.

El líder del ejecutivo vasco recibió abucheos y gritos de «¡fuera, fuera!» cuando se disponía a acceder a una las zonas del hospital baracaldés que al inicio de la crisis tuvieron que se reconvertidas para atender a los pacientes afectados por el patógeno. Antes, alrededor de una decena de trabajadores del centro le esperaban en el hall de entrada con carteles en los que se exigía la dimisión de la titular del área de Salud, así como más contratación y condiciones dignas para la plantilla.

Murga ha explicado esta mañana, durante la rueda de prensa celebrada tras el consejo de gobierno que, "mi papel en este momento es ir a los hospitales y a los centros de salud, aproximarme a los profesionales que están trabajando, conocer mejor como ha sido la respuesta a esta pandemia y de primera mano recoger aspectos para mejorar de cara al futuro". Murga ha señalado que la visita de ayer, en la que le acompañó el lehendakari como máximo representante del Gobierno vasco, estaba "plenamente justificada".

La protesta estuvo apoyada por los sindicatos ESK, ELA, CC OO, UGT y LAB. Cabe recordar que los profesionales sanitarios han sufrido la falta de materiales adecuados de protección -escasez de EPIs o mascarillas defectuosas en varias ocasiones-, así como la tardanza en serles practicados los test a toda la plantilla. «La falta de material de protección ha sido el gran problema. Ha habido un alto índice de contagios en la plantilla», explicó Esther Saavedra, responsable de Osakidetza en ELA. Por ello, «no es todo alegría en los centros hospitalarios como quiere hacer ver el Gobierno vasco. La gente ha currado más de lo que está escrito y ha sido en condiciones precarias», manifestaron desde LAB.

La reivindicación ha tenido lugar en el primer día de la entrada de Euskadi en la fase 1. El lehendakari, por su parte, quiso lanzar un mensaje claro de «máxima prudencia y rigor» para «no cometer errores que desmonten ·el esfuerzo realizado y el camino recorrido». Así lo afirmó en el centro baracaldés, que al igual que el resto de hospitales vascos, va recuperando de manera gradual la actividad. Este hecho, según señaló Urkullu, hace más necesario que nunca tomar medidas de prevención y autoprotección. Destacó que «la sociedad vasca ha demostrado madurez, seriedad y responsabilidad» y ha apelado a «no dar ni un paso atrás en el compromiso individual y colectivo» para poder consolidar la actual situación.

Durante su visita a las instalaciones de Cruces, el líder del Ejecutivo vasco agradeció y reconoció el esfuerzo del equipo de profesionales de la red de hospitales de Osakidetza por su labor diaria durante esta pandemia. En este hospital se ha concentrado el mayor número de pacientes con Covid de Bizkaia, llegando a tener, en el pico de la pandemia, 270 ingresados en planta y 75 en UCI. Se mantiene como el centro vizcaíno con mayor número de pacientes infectados, pero en la actualidad hay un total de 101 personas ingresadas, 63 en planta y 38 precisan cuidados especiales para salir adelante.

Desde el inicio de la pandemia más de 6.500 casos han requerido de hospitalización en los diferentes centros hospitalarios de la red de Osakidetza y 559 han ingresado en unidades de críticos. Asimismo, más de 12.000 personas se han recuperado o han recibido el alta hospitalaria.

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