Los cirujanos del Massachusetts General Hospital, durante la operación M. Rose

Los 69 cambios genéticos que hicieron posible el primer trasplante de un riñón de cerdo a un paciente vivo

«Hasta ahora se hacían unos diez. Es el mayor desarrollo biotecnológico que ha llegado a un paciente», asegura Marc Güell, profesor de la Universidad Pompeu Fabra e investigador principal del Translational Synthetic Biology Lab

Viernes, 22 de marzo 2024

Este pasado jueves se conoció que un equipo de médicos del Hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, había llevado a cabo el primer trasplante ... de un riñón de cerdo a un paciente vivo. Richard Slayman, un trabajador de 62 años del Departamento de Transporte con diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardiovasculares, recibió un órgano porcino que le permitirá alargar su vida sin tener que acudir tres veces a la semana al hospital para someterse a diálisis. La compleja intervención tuvo lugar el sábado 16 de marzo y se prolongó durante cuatro horas. «Creemos que esto es solo el principio, hemos abierto una nueva frontera», dijeron los médicos del centro hospitalario, el mismo en el que hace 70 años se llevó a cabo el primer trasplante de riñón.

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«Es una noticia excepcional», confirma Marc Güell, profesor de la Universidad Pompeu Fabra e investigador principal del Translational Synthetic Biology Lab, que ve en los xenostrasplantes «la solución a la falta de órganos. Con el envejecimiento de la población harán cada vez más falta. Como la impresión 3D no funciona en estos casos, esta es la esperanza. Tenemos que ser imaginativos».

El modelo EGEN-2784

Para que este tipo de trasplantes sean viables, son necesarias una serie de modificaciones genéticas en el órgano del animal. Se trata básicamente de hacer que sea compatible con el cuerpo del receptor y de eliminar virus que puedan contagiarnos. Desarrollada entre otros por el científico ilicitano Francisco Mojica, la técnica utilizada se llama CRISPR-Cas9. Se basa en una estrategia de defensa que tienen las bacterias cuando se ven infectadas por virus, y permite añadir, quitar o alterar material genético en ciertos lugares del genoma. «Deja muy atrás la técnica utilizada con la oveja Dolly. Es un salto estratosférico», afirma Guillermo Ramis, veterinario y profesor titular de la Universidad de Murcia (UMU).

Lo revolucionario del modelo EGEN-2784 –así lo llama la empresa que lo ha creado, la norteamericana eGenesis– es el gran número de cambios realizados, hasta 69, «cuando lo normal hasta ahora es que se hicieran unas diez. Es el mayor desarrollo biotecnológico que ha llegado a un paciente», subraya el experto catalán, que añade otra comparación para calibrar la importancia del avance. «En las nuevas terapias que se están ensayando con el CAR-T –un tratamiento contra el cáncer en el que se extraen células inmunitarias del paciente para modificarlas genéticamente con el objetivo de que reconozcan y ataquen a las células cancerígenas. Hecho esto, se le vuelven a inyectar– se hacen 3 o 4». «Tiene las mismas nueve modificaciones que aplica la empresa Revivicor y el resto es una misma modificación hecha en muchos puntos del ADN», concreta el veterinario murciano, para quien esta operación es «el paso lógico que sigue lo hecho hasta ahora».

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Un siglo de ensayos

Porque el de Slayman no es el primer caso de trasvase de órganos entre especies que se ha llevado a cabo. La idea de utilizar órganos de animales en humanos tiene más de cien años, pero el gran cambio se produjo hace tres décadas, «cuando se reguló esta práctica», recuerda el propio Ramis. Los casos más recientes se remontan a 2022 y 2023. Dos estadounidenses que habían sido descartados para un trasplante de corazón de humano a humano recibieron sendos órganos de cerdo desarrollados por la citada Revivicor. En 2021 incluso se hizo un primer ensayo con un riñón que se adosó a la pierna de una mujer en muerte cerebral. El órgano se le implantó en la pierna para hacer su seguimiento con mayor facilidad. Sobrevivió 54 días. Posteriormente se ha repetido esta intervención en al menos otras cuatro ocasiones en pacientes en esa misma situación.

La razón de que se recurra a animales es la mencionada falta de órganos humanos. Solo en Estados Unidos hay más de 100.000 personas en lista de espera para apenas 20.000 riñones disponibles al año. Cada día mueren 17 personas sin tener su oportunidad. En España, 5.000 pacientes aguardaban un órgano en 2022. Slayman era uno de los diez candidatos para este xenotrasplante, una situación a la que se llega cuando ya no quedan alternativas. En su caso, ya había recibido un riñón humano en 2018 pero comenzó a fallar de nuevo debido a su diabetes.

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Esperanza de vida

Dentro de la «inmensa complejidad» de estos transplantes, el corazón y el riñón son los órganos más habituales porque «ambos tienen una función básicamente mecánica y apenas sintetizan unas pocas moléculas», explica el veterinario. Todo lo contrario que el hígado –«Una factoría que fabrica más de 2.500 moléculas– o los pulmones, «que están muy vascularizados». En el caso del riñón se le une que «tiene una compatibilidad fisiológica muy buena y que es un trasplante convencional muy consolidado», recuerda el profesor de la universidad catalana.

Respecto a la esperanza de vida, «es una incógnita», dice Güell. Las pruebas realizadas con el EGEN-2784 en monos permitieron alargar su vida hasta dos años. «Vamos a ver cómo funciona, pero no debería ir mal», corrobora Ramis. «Esta es la primera vez que se hace en humanos y ese salto siempre genera incertidumbre, pero la esperanza es alta. Hay varios grupos trabajando en Estados Unidos, Corea y Alemania. Saldrán más noticias de este tipo», augura Güell.

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China prueba un hígado de cerdo en un paciente terminal

Como se ha señalado, el hígado es un órgano mucho más complejo a la hora de plantearse un xenotrasplante, especialmente por la gran cantidad de moléculas que fabrica. Pese a todo, también se están haciendo pruebas. En enero de este año, un equipo de la Universidad de Pensilvania conectó a una persona clínicamente muerta con un hígado de cerdo emplazado fuera de su cuerpo -trasplante heterotópico, que dicen los especialistas-. Funcionó durante tres días. Más recientemente, el 10 de marzo, otro equipo del Hospital Xijing, hizo lo propio con un paciente que carecía de función cognitiva, según informa la revista ' Nature '. Según los cirujanos, el órgano secretó más de 30 milímetros de bilis cada uno de los diez días que permaneció unido al cuerpo. «Es muy interesante. eGnesis hizo también algunas pruebas», asegura Güell. Hasta esta intervención, Estados Unidos era el único país donde se habían realizado xenotrasplantes. Las razones, según Guillermo Ramis, son una «legislación más permisiva y los intereses económicos».

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