Casi cien multas al día en el País Vasco por no llevar mascarilla

El cómputo, divulgado ayer por el Departamento de Seguridad, abarca datos recogidos hasta el pasado día 15 desde el 18 de junio, fecha en la que entró en vigor la orden que convirtió en obligatorio el uso de la mascarilla. Un complemento que pocas semanas antes era denostado por las autoridades sanitarias y políticas como innecesario e inútil. Ahora, se ha revelado como el dique fundamental para contener la pandemia.

«Se trata de casos aislados», valoró el jefe de la Ertzaintza, Josu Bujanda, en relación a las sanciones por no utilizar la obligatoria mascarilla, cuya cuantía es de cien euros. Según su análisis, la ciudadanía tiende a respetar el uso de esta protección cuando la persona está sola. «El problema es cuando nos juntamos con otras personas. Ahí es cuando nos relajamos». Y no ocurre solo en establecimientos hosteleros, sino también «en otros espacios».

Esto tiene mucha relación con el otro motivo fundamental de actuación por parte de los agentes: los botellones. Por este motivo la Ertzaintza ha interpuesto 680 denuncias, y las policías locales, 340. En total, más de mil. Hay que recordar que durante buena parte del verano las fiestas al aire libre no sólo fueron un foco de denuncias, sino, sobre todo, de infecciones. A ese relajamiento en las costumbres achacó la entonces consejera de Salud, Nekane Murga, buena parte de la responsabilidad del repunte de los contagios durante junio, julio y agosto.

El resto de denuncias relacionadas con el incumplimiento de las obligadas medidas de precaución para evitar la propagación del nuevo coronavirus son muy heterogéneas, aunque minoritarias. Así, hay 194 por no respetar la distancia interpersonal física de 1,5 metros en hostelería y 142 por fumar en espacios públicos sin mantener la distancia de dos metros. También se practicaron 61 actuaciones por incumplimiento de la normativa de aforo y se actuó en 222 casos en lonjas juveniles y locales similares.