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La eneuresis nocturna, reconocida como una enfermedad por la OMS, afecta a dieciséis de cada cien niños de cinco años.
Más de 10.000 niños vascos de 5 a 13 años sufren incontinencia urinaria nocturna

Más de 10.000 niños vascos de 5 a 13 años sufren incontinencia urinaria nocturna

La eneuresis es una enfermedad y tiene tratamiento, por lo que los padres deben consultar al pediatra cuanto antes para evitar la ansiedad en los menores

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Lunes, 5 de febrero 2018, 00:15

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Quedarse a dormir en casa de un amigo cuando se es niño constituye casi un acontecimiento (ahora se llama 'fiesta de pijamas') que algunos pequeños no pueden disfrutar porque sufren eneuresis nocturna; es decir, mojan la cama. ¿Cuándo debe considerarse un problema? «A partir de los cinco años, el crío que moja la cama al menos cuatro veces al mes tiene una enfermedad que debe tratarse», advierte Arturo Galbarriatu, cirujano pediátrico en la unidad de Urología Infantil de Cruces.

La cantidad de niños con esta patología, reconocida como tal por la Organización Mundial de la Salud, es elevada. Entre los cinco y los trece años, suman más de 10.000 en el País Vasco. Claro que el porcentaje, según la edad, varía. «Hablamos del 16% en el caso de niños de cinco años; de un 15% de los que tienen seis. A los diez, todavía la sufren tres o cuatro de cada cien, y en la pubertad, un 2% como mucho», detalla el experto. Los cálculos no son exagerados. El día a día de las consultas pediátricas ponen de manifiesto el alcance de la eneuresis. «Cada semana, vemos de media unos tres casos», añade el médico.

¿Por qué un niño moja la cama cuando ya debería ser capaz de contener la orina? Se tiende a hablar mucho de factores psicológicos, pero Arturo Galbarriatu niega que en la inmensa mayoría de los casos sea así. Es más, aconseja abordar cuanto antes el problema para evitar que el crío –o la cría porque afecta por igual a los dos sexos– tenga problemas a medida que crece ya que sentirá vergüenza y tenderá a aislarse. Además, puede llegar a sufrir ansiedad y baja autoestima.

Hay varios tipo de incontinencia urinaria infantil. La específicamente nocturna puede responder a varias causas. «A veces es debido a un aumento de la producción de orina durante la noche por el anómalo funcionamiento de la hormona antidiurética o ADH; también puede obedecer a que la vegija tiene menor capacidad de la normal o a que el niño duerme tan profundamente que no despierta por tener la vegija llena y se produce el escape», explica el médico.

Entre los factores que pueden predisponer a la incontinencia figura el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), también los problemas escolares o sociales y la herencia familiar. «Si uno de los dos progenitores mojó la cama a una edad ya avanzada, sus hijos van a tener un 44% de posibilidades de que les ocurra lo mismo. Si fueron los dos, la probabilidad es del 75%», resalta el pediatra. Esta herencia supone un problema si los padres restan importancia a lo que ocurre a sus hijos por el hecho de que a ellos también les pasó.

Poca sal y lácteos en la cena

Cuando una familia acude a consulta, lo primero que les va a decir el especialista es que controlen la cantidad de orina que producen sus hijos durante todo un fin de semana, para detectar la sintomatología. Una vez que se tiene el diagnóstico, el tratamiento empieza por «restringir la sal y los lácteos en la cena». Otra medida «es despertarles para que hagan pipí, pero no más de dos veces porque si no disminuye el rendimiento escolar». Si tienen cierta edad, se recomienda ponerles un despertador a determinadas horas para que se levanten a orinar y, a los más pequeños, se les puede poner un detector en los genitales que, a la primera gota, hace sonar una alarma.

TRATAMIENTOS

  • Cena. Se deben restringir la sal y los lácteos.

  • Avisos. Se les puede despertar para que orinen, pero no más de dos veces por noche para que no afecte al rendimiento escolar.

  • Despertador. A los más mayores es conveniente ponerles un despertador para que sean ellos quienes se levanten.

  • Alarma. Para los más pequeños, hay unos dispositivos con un sensor que, al detectar la primera gota, suena una alarma.

  • Fármaco. Solo en caso de déficit de una hormona, se les administra un medicamento.

Sólo en los casos en los que la eneuresis es la respuesta a una escasa producción de la hormona ADH se les puede poner un tratamiento farmacológico a base de «desmopresina, un medicamento sintético que tiene un efecto similar a la hormona. Pero siempre que lo prescriba el médico», advierte el experto.

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