Salud incorpora al llamamiento para cribados tras viajes de estudios a los jóvenes que vuelven de Benidorm

Los últimos datos oficiales revelaban que hay cerca de 800 estudiantes que se han contagiado en este tipo de desplazamientos. El episodio de quienes eligieron Palma de Mallorca como destino, el primero que sirvió para dar la voz de alarma, dejó un reguero de 302 jóvenes vascos infectados. Otro de los focos se produjo en Salou, con 401 positivos. Conil de la Frontera, por su parte, suma medio centenar.

Osakidetza sigue practicando cribados a chavales procedentes de ambos destinos. El último concluyó con una tasa de positividad del 36,67%, una cifra «elevada», como reconoció la consejera de Salud, Gotzone Sagardui. Pero la situación podría empeorar con el nuevo brote de Benidorm y otro en Lloret de Mar. En este último de la Costa Brava se ha descubierto que una decena de estudiantes vascos portaban el virus y otros 14 deben permanecer aislados como posibles contactos.

Precisamente, el protocolo vasco de cuarentenas para casos confirmados y sospechosos por haber mantenido relación con algún positivo ha sufrido varios cambios de calado en las dos últimas semanas. En la actualización más reciente, fechada el pasado 13 de julio, Osakidetza 'libra' del aislamiento preventivo a dos colectivos: a los contactos estrechos sin síntomas que hayan recibido la pauta de vacunación completa y a asintomáticos con infección confirmada con anterioridad a los últimos 6 meses. Sin embargo, los vascos que hayan cerrado su ciclo vacunal y los asintomáticos con un antecedente de infección en los últimos 3 meses serán sometidos a una prueba diagnóstica al inicio y una PCR a los 8 días del último contacto con el positivo. Además, se les recomienda mantener una serie de medidas preventivas: uso de mascarilla en sus interacciones sociales, no acudir a eventos multitudinarios y realizar una vigilancia de la posible aparición de síntomas.

La modificación del documento, sin embargo, ha generado cierta confusión entre los profesionales de Atención Primaria. La directriz de que los ciudadanos inmunizados identificados como contactos estrechos no deben quedarse confinados ya venía de antes. Sin embargo, a principios de mes, con el avance imparable de la variante Delta, Salud optó por la cautela y determinó que las personas con la pauta completa sí debían guardar cuarentena si el positivo con el que habían tenido relación estaba causado por la cepa india. «En apenas una semana hemos recibido dos protocolos y nos ha causado bastante desconcierto», afirmó este lunes Mikel Herrero, médico de familia en el centro de salud de Leioa y delegado provincial en Bizkaia del Sindicato Médico de Euskadi.

El facultativo vizcaíno asegura que los profesionales acusan la «alta carga de trabajo» en los ambulatorios tras el aumento de los contagios entre la población joven. El factor edad se antoja fundamental para presentar una peor evolución de la enfermedad y con la mayor parte de los casos detectados en menores de 40 años la avalancha de llamadas a los centros de salud está desbordando a los sanitarios. «Si un día cambian un criterio y al día siguiente otro, aunque recibimos los protocolos, no hay tiempo para mirar todo con detalle», explica el doctor Herrero.

Según ha podido saber este diario, se han dado casos de personas vacunadas identificadas como contactos a los que los rastreadores les han comunicado que no debían guardar cuarentena y su médico de cabecera sí, o viceversa. «La información hacia los profesionales no es todo lo eficaz que debiera y ocurren estas cosas. Hay que sumar que el personal es muy escaso, que estamos muy cansados y el cierre de ambulatorios y reducción de horarios de los centros», agrega Ana Vázquez, portavoz de sanidad de UGT.