El otro Roland Garros
Un certamen de lujo ·
Palcos en primera fila, menús dignos de estrella Michelin, regalos exclusivos… El torneo de tenis más famoso de Francia reúne a cientos de vips, que pagan miles de euros por dejarse verSecciones
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Un certamen de lujo ·
Palcos en primera fila, menús dignos de estrella Michelin, regalos exclusivos… El torneo de tenis más famoso de Francia reúne a cientos de vips, que pagan miles de euros por dejarse verAbraham de Amézaga
Sábado, 31 de mayo 2025, 13:04
Hay dos maneras de vivir una experincia única y de alto nivel del Roland Garros, el torneo de tenis más famoso de Francia: desembolsando varios ... miles de euros, o siendo uno de sus afortunados invitados vip. En el primero de los casos, y pensando en la final, a principios de esta semana ya sólo quedaban plazas para la femenina, al módico precio de 4.585 euros, que habría que multiplicar por dos, porque solo se venden por pares.
Si alguien piensa que dicha cantidad incluye un billete de avión desde su ciudad de residencia y chófer del aeropuerto u hotel al estadio no anda bien encaminado. Eso sí, quien pague podrá disfrutar de todo tipo de delicias para el paladar (cócteles -incluido el 'Roland-Garros Spritz', a base de champán y frutos rojos-, almuerzos y cenas), de un educadísimo personal a su disposición, un fotógrafo para inmortalizar el momento, y sobre todo plazas reservadas en palcos a dos palmos del terreno de juego y acceso a un espacio sólo para los 'happy fews' conocido como Le Village.
Artistas, celebridades, influencers y destacados periodistas, amén de importantes clientes, forman parte de los privilegiados invitados vip a este complejo moderno y minimalista de varias plantas, gracias a compañías aéreas de alto nivel, bancos, marcas de relojes de prestigio, automovilísticas… Y, por supuesto, nombres asociados al vestir, que patrocinan un certamen que se juega sobre tierra batida.
Los patrocinadores se muestran reticentes a la hora de informar sobre sus invitados y los salones reservados para ellos, que en algunos casos ofrecen vistas a la pista. Se trata de espacios confidenciales, aunque cada vez lo son menos debido a su difusión por redes sociales como Instagram o TikTok.
Lorena Vergani, una de las españolas asiduas a los desfiles de moda, así como a los eventos más importantes que se celebran en París, ha vivido la experiencia. «Además de recibir un trato personalizado nada más llegar, entre partido y partido se degustan cócteles en los salones de las firmas patrocinadoras. Siempre ha sido una experiencia de diez», relata.
Cuando hay tiempos muertos, la fiesta se traslada a Le Village, donde, además de poder disfrutar de menús dignos de estrella Michelin y fuentes que cambian el agua por champán, no falta una boutique en la que hacerse con preciados souvenirs, creados en edición limitada e inspirados en el famoso certamen. Entre ellos, joyas de Fred, que pueden alcanzar los 10.000 euros, o cubiertos en un modernista y ovalado envase de plata y cuero, del color de la tierra batida, de la colección Mood de Christofle y valorados en más de 2.000 euros.
También hay artículos más asequibles, como las gorras y polos que propone Lacoste, unido desde hace más de medio siglo a Roland Garros, y que en cada edición lanza propuestas exclusivas. En esta ocasión ha colaborado con la estrella del tenis Novak Djokovic para desarrollar un modelo de polo único ideado sin costuras.
La boutique de la zona vip abre sus puertas en una galería, una especie de mini-museo donde admirar objetos míticos, como la zapatilla Stan Smith de Adidas firmada de su puño y letra por el célebre tenista norteamericano; una de las bandas de Björn Borg, y raquetas y prendas de jugadores famosos, entre otras icónicas piezas. Se ubica frente a la gran pista Philippe Chatrier, que lleva el nombre de aquel célebre tenista galo que más tarde se convertiría en periodista, y donde hace una semana un más que emocionado Rafa Nadal recibió un cálido homenaje, como broche a su carrera, que incluye catorce títulos de Roland Garros. «Es el máximo ganador de la historia, la encarnación misma de este torneo», afirmó Gilles Moretton, presidente de la federación gala de tenis.
Ese día, y en las primeras filas, la abogada francesa Marjorie Goislard se sentía «privilegiada por estar cerca de los jugadores y de la pista, porque te permite apreciar sus emociones, dominadas por la concentración. Además, en ocasiones, hay un intercambio de miradas cuando se acercan a recoger su toalla para secarse el sudor». Y lo explicaba junto al músico galo Amir y el influencer Alexandre Durand de At Frenchies, con alrededor de dos millones de seguidores en Instagram, otros dos privilegiados.
En ese entorno tan selecto no resulta difícil cruzarse con estrellas del tenis, sobre todo del pasado, con las que intercambiar un saludo y hasta un selfie. Un Roland Garros en el que, los días soleados, priman los sombreros Panamá, las gafas oscuras y atuendos que combinan el chic y el confort. La emoción reina en el torneo: por ver a dos deportistas de elite batiéndose el cobre sobre la pista para muchos; para otros tantos, por tener la ocasión de lucir palmito en las pistas ocres de Porte d'Auteuil, un escenario único.
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