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Una de las pruebas realizadas en el trabajo NATURE MEDICINE
Recuperar la vista con algas marinas

Recuperar la vista con algas marinas

Un hombre ciego desde hace 40 años recobra parcialmente la visión con una terapia optogenética. El tratamiento consiste en inyectar en el ojo un adenovirus que porta una proteína fotosensible y unas gafas especiales

I.A.G.

Martes, 25 de mayo 2021, 09:48

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Una inyección en el ojo de un adenovirus que portaba una proteína fotosensible procedente de un alga y unas gafas especiales han devuelto parcialmente la visión a una persona ciega desde hacía 40 años. Es la primera vez que una terapia tan compleja y novedosa como la optogenética se usa en los ojos humanos con éxito. El tratamiento fue mucho más exitoso de lo que los científicos esperaban, según recoge el estudio que publica Nature Medicine. El análisis está firmado, entre otros, por científicos de la Universidad de la Sorbona (Francia), la Universidad de Pittsburgh (EE.UU) y la de Basilea (Suiza).

El paciente es un hombre de 58 años que vive en París y al que hace cuatro décadas se le diagnosticó retinosis pigmentaria, una enfermedad neurodegenerativa progresiva que destruye las células sensibles a la luz de la retina y provoca ceguera total. Cuando antes solo podía percibir la presencia de la luz, la terapia le facilitó localizar y tocar objetos..

En la visión normal, los fotoreceptores de la retina utilizan proteínas que pueden reaccionar a la energía lumínica, las opsinas, que suministran informaciones visuales al cerebro a través del nervio óptico. Para restaurar la sensibilidad a la luz, al paciente se le inyectó el gen codificador para una de esas proteínas, llamada ChrimsonR, que detecta la luz ambarina y que se encuentra en algas brillantes de la naturaleza, describe el estudio.

Cerca de cinco meses después de haber recibido la inyección en el ojo, con la finalidad de dar tiempo a su organismo para producir esta proteína en cantidad suficiente, efectuó diferentes ejercicios, equipado de gafas específicas dotadas con una cámara. Concebidas especialmente por los investigadores, estas gafas captan las imágenes del mundo visual y las transforma en pulsos de luz que se proyectan en la retina del paciente en tiempo real para activar las células modificadas durante las tareas visuales. Las pruebas demostraron que el paciente podía localizar, tocar y contar los objetos que había en la mesa, pero solo cuando llevaba las gafas. La inyección en el ojo por sí sola no funciona.

La retinopatía o retinosis pigmentaria afecta a una de cada 3.500 personas, según la base de datos Orphanet, y puede comenzar a cualquier edad, con una frecuencia de aparición mayor entre 10 y 30 años. Está causada por mutaciones en más de 71 genes diferentes, por lo que el desarrollo de terapias génicas que sustituyan unas pocas proteínas para reparar la maquinaria celular rota es un reto mayúsculo.

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