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Un paseo por los campos de lavanda

Los campos de lavanda que envuelven Brihuega son un espectáculo para los sentidos, un festival de color que se ha prolongado durante todo el mes de julio y que concluye ahora con la siega del arbusto aromático. De la planta se extrae una esencia aromática de calidad excepcional, que será luego comercializada en Emiratos Árabes, Suiza o en la propia Francia, referente mundial de este cultivo. Sólo en España hablamos de 70.000 kilos de aceite destinados a la industria cosmética y a la perfumería, la mayor parte con origen en La Alcarria, aunque también hay pequeñas explotaciones en Burgos y Valladolid. Una única cosecha al año que por estas fechas atrae a miles de personas hasta este rincón manchego. Lo hacen la mayoría vestidos de blanco, con el propósito de bordar un book de bodas, una sesión de moda o sencillamente de inmortalizar una reunión familiar o de amigos. Conforme cae la tarde, la esencia se derrama sobre el pueblo y el olor inconfundible del espliego, como también se conoce a esta especie, casi se puede masticar.