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Con pantalones negros, una camiseta blanca y cubriéndole el cuerpo por delante con una manta blanca con rayas negras. Así se presentó este jueves el Papa Francisco en la visita por sorpresa que realizó a la basílica de San Pedro del Vaticano para comprobar cómo marchan los trabajos de restauración de la zona de la cátedra. Aunque cuando recibió el alta médica el pasado 23 de marzo, tras pasarse 38 días ingresado en el hospital Gemelli de Roma por una neumonía bilateral, los médicos dijeron que tendría que permanecer «al menos dos meses en convalecencia», el Pontífice no se resiste a estar encerrado en la Casa Santa Marta, la residencia vaticana donde vive y en la que se extremaron inicialmente las precauciones para tratar de reducir el riesgo de un nuevo contagio.
Después de su inesperada aparición el pasado domingo en la misa del Jubileo de los Enfermos en la plaza de San Pedro y de recibir el miércoles también por sorpresa a los Reyes de Inglaterra, este jueves Jorge Mario Bergoglio quiso ver de primera mano cómo marchaban las labores de restauración en la cátedra de San Pedro. Llegó a la basílica en silla de ruedas, con unas cánulas nasales para ayudarle con la respiración y acompañado por su enfermero personal, Massimiliano Strappetti, y algunos agentes de la seguridad. Durante su visita el Papa incluso saludó a un niño, desoyendo así los consejos de los médicos, que le invitaron a evitar esos contactos por el alto peligro que suponen de infección para una persona de 88 años como él y que acaba de salir del hospital. También llamó la atención el atuendo de Francisco, considerado por algunos poco acorde con su cargo y, sobre todo, poco abrigado para evitar nuevos problemas pulmonares.
La creciente actividad de Bergoglio hace pensar que es posible que pueda participar de alguna manera en las celebraciones de la próxima Semana Santa, el período litúrgico más importante para los católicos junto a la Navidad. Se espera que al menos pueda impartir la bendición 'Urbi et orbi' del Domingo de Resurrección, el próximo 20 de abril. Según las últimas informaciones facilitadas el pasado martes por la Sala de Prensa del Vaticano, habrá que evaluar «momento por momento» su posible presencia en las ceremonias pascuales, sin que puedan descartarse nuevas «sorpresas». La situación médica de Bergoglio se mantiene «estable» y presenta «leves mejorías» tanto en la respiración como en la voz. De hecho, poco a poco va retomando su trabajo y el pasado lunes se reunió con el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin.
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