La original iniciativa de un conocido pueblo de Burgos para luchar contra la despoblación: «Queremos reactivar la comarca»
En la localidad burgalesa de Covarrubias quieren atraer viajeros noruegos aprovechando el vínculo histórico entre las dos tierras
La provincia de Burgos cuenta con decenas de pueblos llenos de encanto que, con el paso de los años, se están quedando desangelados. Es el caso de Covarrubias. Hoy tiene censados 529 vecinos, un centenar menos que hace dos décadas y lejos del millar que acogía en los años 70. Esta es la realidad que sacude a muchos pueblos, a lo largo y ancho del mapa, y que conforman lo que se conoce como 'la España vaciada'.
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Covarrubias cuenta con siete monumentos protegidos como Bienes de Interés Cultural, un marcado caracter medieval que se respira en cada una de sus callejuelas empedradas y los mejores restaurantes para degustar el típico cordero lechal, pero no es suficiente. Aun así, los residentes de este enclave burgalés no están dispuestos a dejar morir su pueblo y han pedido ayuda a los países nórdicos, concretamente a Noruega.
Una de las peculiaridades de la historia de este pueblo es su vínculo con Kristina de Noruega, una aristócrata escandinava, hija del rey Haakon IV, que a mediados del siglo XIII viajó a la península para casarse con uno de los hermanos del rey Alfonso X, el infante Felipe de Castilla. La princesa falleció en 1262, con menos de 30 años y está enterrada en un sarcófago de piedra en la colegiata de Covarrubias. Además, hay una estatua que recuerda a la aristócrata y una ermita, que se inauguró en 2011, que le rinde homenaje.
Así, la agencia de Innovación Rural 'Adoshorasde', con sede en Covarrubias, ha querido aprovechar ese vínculo entre la localidad burgalesa y Escandinavia a través de la inicitaiva 'La Conexión Noruega'. Su objetivo es «buscar repobladores noruegos» con el fin de impulsar el municipio «en su dimensión económica, social y medioambiental», detallan. «Todo el mundo es bienvenido, pero queremos reactivar la comarca y hemos pensado que había que aprovechar esta relación histórica entre ambas tierras», explica el impulsor del proyecto, Pedro Aizpun.
Principalemte buscan atraer a viajeros 'senior' o 'silver', entre los que se incluyen a las personas mayores de 55 años, «identificados como nicho clave por su potencial turístico y repoblador y alineado con acciones que ya están en marcha a nivel provincial y regional». También quieren servir de reclamo para los nómadas digitales, que no tienen una residencia fija y buscan destinos que ofrezcan tanto buena conectividad como calidad de vida. «Puede llegar gente que tenga ganas de pasar tiempo en el pueblo, invertir dinero y, a la larga, quedarse». Además, organizarán visitas y estancias con quienes muestren un interés especial por descubrir esta localidad burgalesa.
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