«Nunca una píldora te convertirá en un genio»
John Harris - Filósofo experto en bioética ·
«Mejorarnos mediante la tecnología es nuestro destino. En cuanto nos demos cuenta de que puede ser bueno, lo haremos»Considera la mejora humana mediante la tecnología «una obligación moral». Ya sea con implantes, fármacos o modificaciones genéticas, John Harris lo ve como un paso ... más en nuestra persecución de «las cosas buenas». «La evolución no ha hecho un buen trabajo. Creo que es mejorable», dijo ayer el filósofo inglés en la jornada de clausura del XXV Congreso Internacional sobre Derecho y Genoma Humano, celebrado en Bilbao.
- ¿Cuándo veremos humanos mejorados por la calle?
- Ya están. Somos profesionales en lo que se refiere a mejorarnos. Fabricar herramientas y usarlas es una forma de mejora humana; escribir, otra. Siempre hemos sido 'mejoradores'. Mejorarnos es nuestro destino y nuestro placer.
- Así que la mejora humana mediante la tecnología es ineludible.
- A los seres humanos nos gustan las cosas buenas. Si pones algo bueno delante de mí, lo voy a beber, lo voy a comer... Lo quiero. Así que mejorarnos es nuestro destino. En cuanto nos demos cuenta de que puede ser bueno, lo haremos. No es algo nuevo. Siempre buscamos ventajas. Mi Universidad, la de Manchester, siempre ha dicho a los estudiantes que, si la eligen, tendrán una mejor educación que en Oxford.
- ¿La educación es una forma de mejora?
- Por supuesto. La educación, la lectura y el conocimiento son formas de mejora humana. Nunca vas a tomarte una píldora y convertirte en un genio, un gran filósofo o un gran científico. Para eso vas a tener que trabajar, y la tecnología de mejora hará ese trabajo más fácil.
- Una cosa es un bolígrafo o la educación y otra un implante o modificar genes.
- Eso no es estrictamente cierto. Ahora sabemos que nuestros genes cambian también, por ejemplo, por efecto de la educación. No somos las mismas criaturas de tiempos de Homero, que vivió en la Edad del Bronce. Somos físicamente diferentes; posiblemente, nuestros genes sean ligeramente diferentes.
- Y lo serémos más...
- Los cambios no van a ser dramáticos. Vamos a seguir teniendo apariencia humana. Que llevemos esta tecnología de mejora -coge sus gafas- fuera del cuerpo o implantada no supone ninguna diferencia. Ya hay fármacos que mejoran temporalmente habilidades cognitivas como la memoria y la concentración, pero eso no nos hace más inteligentes.
La revolución digital
- ¿No se agrandará la brecha entre clases más y menos favorecidas?
- Ya tenemos una gran división entre gente educada y sin educación. Nunca vamos a erradicar eso, pero las nuevas tecnologías nos van a ayudar a hacer esa diferencia menos importante porque ahora es muy fácil acceder al conocimiento. Subestimamos los cambios que ya nos son familiares. El móvil ha supuesto un cambio social dramático. Si voy a Australia, puedo hablar con mi esposa por teléfono y por muy poco dinero o puedo usarlo para grabar esta entrevista. No soy futurólogo. No sé qué formas de mejora llegarán primero. Pero me imagino que vamos a tener mejor salud y más esperanza de vida. Mi padre murió a los 57 años y mi madre, a los 46. Yo tengo 72 y sigo vivo. Subestimamos lo que ya nos beneficia.
- ¿No tiene miedo a ninguna mejora?
- Como decía Oscar Wilde, «puedo resistirlo todo, excepto la tentación». Enséñame algo bueno y lo querré. Lo que me da miedo es la revolución digital. Ya no hay privacidad. La mayoría usamos la banca digital, muchos tenemos diarios en nuestros ordenadores, máquinas que a su vez pueden decirle a cualquiera qué webs visitamos. Todos esos datos están ahí para que alguien los encuentre.
- Con el mejoramiento, pasaremos de ser sujetos pasivos a ser sujetos activos de la evolución. Habrá que ser muy cuidadosos, ¿no?
- Antes de la contracepción, tenías relaciones sexuales y, mediante una lotería genética, se engendraba un bebé. Ahora, tendremos la oportunidad de cambiar eso, de no aceptar la lotería genética y editar genes para que el bebé sea más sano, aunque todavía estamos muy al principio.
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