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AINGERU MUNGUÍA
Jueves, 3 de agosto 2017, 16:42
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La Guardia Municipal de San Sebastián ha puesto fin al alquiler de una autocaravana como alojamiento turístico. El propietario había alquilado el vehículo, aparcado en el parking de Loiola, por 70 euros la noche, por lo que se le han abierto diligencias por poner en marcha una actividad económica sin la preceptiva licencia de actividad y que además es ilegal. Aunque se han aplicado sanciones tanto al dueño como a los inquilinos, la que deberá afrontar el propietario será muy superior.
Tras una noticia publicada por 'Diario Vasco' en la que se mostraba cómo el vehículo se publicitaba en internet, una patrulla de la Policía local se ha presentado a primera hora de la mañana de este jueves en el aparcamiento de Loiola. Los agentes han comprobado una pareja de asturianos estaba durmiendo en su interior y ha procedido a abrir diligencias por vulneración del artículo 34 de la Ordenanza de Civismo de la ciudad que prohíbe acampar, colocar tiendas de campaña o utilizar vehículos para tal efecto en la vía pública (incluso en terrenos privados). Esta infracción leve podría ser multada con entre 50 euros y 200 euros.
El alcalde de la ciudad, Eneko Goia, ha asegurado en declaraciones a los periodistas, que «no es de recibo que se desarrollen actividades de este tipo en la ciudad» aprovechándose de «la buena fe de la gente o del interés que en un momento determinado puedan tener». «Ante este tipo de actividad ilegal tenemos claro que nuestra obligación es actuar y lo vamos a hacer», ha concluido Goia.
Dicha ordenanza de Civismo señala que «no se podrá acampar, instalar tiendas de campaña o vehículos a tal efecto habilitados en terrenos públicos o privados que carezcan de autorización para ello». Añade además que «no se podrá cocinar o desplegar sillas y mesas en la vía pública».
El dueño de la autocaravana, por su parte, deberá hacer frente, al menos, a una sanción por desarrollar una actividad ilegal, ya que también tendrá que analizarse la situación administrativa del vehículo.
Su anuncio, ya suprimido de la web Airbnb, ofrecía este peculiar «alojamiento», en una «zona tranquila, a veinte minutos del centro» por 20 euros para un ocupante, 30 euros para dos y 45 en el caso de que tres personas durmieran en el habitáculo que, según advertía su propietario, «no cumple con todos los lujos de una casa normal».
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