Muere de cáncer un menor en Italia e imputan por homicidio voluntario a sus padres

La Fiscalía de Vicenza, en Italia, ha imputado por homicidio voluntario a una pareja de mediana edad que, según la acusación, impidió que su hijo adolescente recibiera el tratamiento necesario contra el cáncer. El menor murió a principios del año pasado en el hospital San Bortolo de Vicenza. Según informa el diario italiano 'La Stampa', los padres, residentes en la provincia de Vicenza, no aplicaron los tratamientos recomendados por los médicos, un acto que, según afirma la acusación, aceleró el fatal desenlace. Los servicios sociales del municipio donde vivía la familia alertaron a la Fiscalía de Menores de Venecia. Posteriormente, la Fiscalía de Vicenza asumió la investigación y abrió un expediente por homicidio voluntario.

Después del diagnóstico del cáncer, un perito designado por la Fiscalía examinó al menor y concluyó que no recibió los tratamientos necesarios para tratar su enfermedad. En las últimas semanas, la policía judicial interrogó a los padres y reconstruyó los hechos y decisiones médicas que rodearon el caso.

Los abogados defensores de la pareja, Lino y Jacopo Roetta, declararon que sus clientes «ya cumplen su cadena perpetua particular» por la pérdida de su hijo y calificaron de «barbaridad» la acusación. «Este proceso se adentra en el terreno del drama familiar, donde ninguna condena judicial podrá superar el dolor que ya sufren», afirmaron. También explicaron que, una vez revisen los documentos, tratarán de comprender con exactitud el contenido de los cargos. La imputación podría llevar a la pareja ante la Corte de Assise, el tribunal que juzga los delitos más graves en el sistema penal italiano.

Este trágico episodio reaviva el recuerdo del caso de Eleonora Bottaro, una joven de 17 años que murió en 2016 por leucemia después de que sus padres rechazaran la quimioterapia. En su lugar, optaron por el llamado «método Hamer», basado en terapias alternativas como acupuntura, vitamina C y cortisona, a pesar de que los médicos estimaban en un 80 % sus posibilidades de curación. El tribunal condenó a los padres a dos años de prisión por homicidio culposo (en España, homicidio imprudente o negligente).

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