Las monjas excomulgadas piden a Iceta 21.000 euros pero no se irán del convento
El arzobispo de Burgos abonará las dudas contraídas por las exclarisas, que insisten en que el monasterio es de su propiedad
Julio César Caro
Miércoles, 26 de junio 2024, 15:37
Las diez monjas excomulgadas de Belorado no reconocen la autoridad de Mario Iceta para echarlas del monasterio, y sin embargo tampoco tienen reparos en cargarle las deudas que ellas han acumulado: cerca de 21.000 euros que el arzobispo de Burgos deberá abonar. Fuera de escena quedan por ahora el falso obispo Pablo Rojas y el cura coctelero, José Ceacero, que a petición de las exclarisas han dejado el convento.
El estrambótico caso de las monjas cismáticas ganó ayer en intensidad. Su último movimiento, después de ser excomulgadas el pasado sábado y de que el arzobispo Iceta les advirtiera el lunes de que acudirá a los tribunales si no se van «en fechas próximas», fue la emisión de un comunicado a través del bufete de abogados Sarabia, uno de los tres que les asesoran, en el que la exabadesa sor Isabel de la Trinidad (Laura García de Viedma Serrano, su nombre civil) y sus compañeras anuncian que desobedecerán no solo a la autoridad eclesiástica, sino también a la civil.
El desalojo, dicen, «solo cabría si se acompaña de una resolución judicial, que además, en tal caso, habría de ser por nosotras incumplida en periodo de ejecución voluntaria». Esto es, o las saca la Guardia Civil o no se irán. «Se nos pretende echar hasta las puertas de la misma calle, sin recursos y sin alternativa habitacional», denuncian. Ellas entienden que deben «defender su condición de poseedoras del inmueble» porque este fue inmatriculado en el Registro de la Propiedad en virtud de un documento de 1969 que confiere el cien por cien de su dominio a la comunidad de religiosas clarisas de Belorado, «sin que conste mayor condición o carga añadida».
Acusaciones «ridículas»
La monjas excomulgadas califican, asimismo, de «ridículas» las acusaciones que están recibiendo «sobre una supuesta trama inmobiliaria» y dicen no entender que se den a conocer los «saldos de cuentas corrientes o que se realicen declaraciones, tratando de crear una opinión pública en su contra». Responden así las exclarisas a la rueda de prensa de Iceta el lunes, en la que explicó que el saldo total de las diez cuentas intervenidas a las monjas no llega a 6.000 euros; y a la revelación de que la exabadesa envió la noche del martes al arzobispo facturas impagadas por valor de 11.000 euros en concepto de electricidad, cartonería y materia prima para repostería.
La Archidiócesis abonará estas deudas y también los «servicios precontratados que se estiman necesarios para la vida ordinaria de la comunidad y el pago de once nóminas, por un importe aproximado de 9.800 euros, además de las obligaciones de la Seguridad Social correspondientes», informaron desde el Arzobispado.
Por si hubiera pocas incógnitas en el caso, ayer surgió una nueva al conocerse que los hasta ahora guías espirituales de las monjas cismáticas, Pablo Rojas y José Ceacero, no se encuentran ya en el monasterio. Por el momento se ignora si esto supone una ruptura -algunas fuentes apuntan que los abogados de las exmonjas les habrían abierto al fin los ojos sobre la catadura de sus compañeros de viaje-, o si solo se trata de una estratagema. Lo único que aclararon ayer las diez rebeldes de Belorado es que ellas no les echaron «por la fuerza», solo les comunicaron su deseo de que se fueran y estos lo hicieron «de forma voluntaria».
