La trágica historia de 'las Mariposas', las tres hermanas que inspiraron el Día contra la Violencia de Género
Microfeminismos ·
Hace 20 años, la ONU declaró oficialmente el 25 de noviembre como una jornada reivindicativa en memoria de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal que ese mismo día de 1960 eran brutalmente asesinadas en República Dominicana por orden del dictador TrujilloYa sabrán que hoy se celebra en todo el mundo el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. El color morado inunda ... las calles: publicidad institucional, fachadas de edificios públicos, solapas... lucen el emblema característico de una jornada reivindicativa más necesaria que nunca. Porque una neblina sepia ha impregnado en los últimos días el brillante violeta con discursos que cargan contra el feminismo por considerarlo un «cáncer» y una ideología «supremacista», que defienden que coser «empodera» y lo que es más grave, niegan la condición de víctimas a las 52 mujeres asesinadas este año (1.027 desde 2003) y exigen derogar la Ley de violencia de género. Unas consideraciones tan absurdas que no merecerían ni réplica si no fuesen porque están legitimadas por un partido con 52 representantes en el Congreso y que este año ha logrado romper el histórico consenso sobre este día.
Hoy, día de homenajes y recuerdos, desde esta sección también echamos la vista atrás pero con un objetivo más loable: rendir un tributo a las tres mujeres, las hermanas Mirabal, cuyo brutal asesinato en República Dominicana por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo está en el origen de la conmemoración. Aunque estrictamente fue un crimen político -que, como siguen denunciando sus descendientes, aún sigue impune- , en el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, realizado en Bogotá en 1981, se propuso la fecha de su muerte para denunciar la violencia ejercida contra las mujeres. Las multitudinarias manifestaciones que en los años sucesivos tuvieron lugar ese día en América Latina llevó a la ONU en 1999 a declarar oficialmente esa fecha como el 'Día Internacional' de la causa en todo el mundo.
El 25 de noviembre de 1960, los cadáveres de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal eran encontrados dentro de un jeep despeñado en el fondo de un barranco de Salcedo, al noroeste de la República Dominicana, junto a su chófer, también fallecido. Los criminales intentaron simular un accidente pero, en realidad, las tres mujeres, activas militantes contra el régimen del general Trujillo, habían sido brutalmente asesinadas a palos por agentes de la Policía secreta enviados por el propio dictador e introducidas dentro del vehículo posteriormente despeñado.Tenían 26, 30 y 36 años y cinco hijos en total.
El asesinato de las hermanas Mirabal, conocidas como 'las Mariposas', fue uno de los principales detonantes de la caída de Trujillo apenas dos años después. Aunque a veces se ha elucubrado con que en el origen del crimen estaba el despecho del tirano tras ser ser rechazado por una de las hermanas, Minerva, en realidad esta teoría nunca quedó demostrada. No era algo descabellado ya que durante el mandato del sanguinario dictador, de 1930 a 1961, las mujeres eran consideradas meros objetos y el sexo era un elemento represor más. Tanto 'el Jefe', como era conocido el general, como sus más cercanos colaboradores acosaban, perseguían y violaban a las mujeres sin cortapisas, en ocasiones esposas o hijas de hombres a su mando que llegaban a entregarlas a cambio de beneficios y ascensos; otras veces, salían literalmente de caza para apresar mujeres a las que sometían a su voluntad bajo el régimen del terror impuesto por una de las dictaduras más sanguinarias en toda la historia de América Latina.
En este contexto, admirablemente retratado por Vargas Llosa en su novela 'La fiesta del Chivo'-donde también aparecen nuestras protagonistas-, las hemanas Mirabal, universitarias y pertenecientes a una familia acomodada de la sociedad dominicana, habían organizado junto a sus esposos un movimiento de oposición al régimen, llamado '14 de junio'. Al igual que sus maridos y demás compañeros, fueron torturadas y encarceladas en múltiples ocasiones. Mientras se incrementaba su popularidad entre la ciudadanía, 'las Mariposas' estaban cada vez más en la diana del régimen: la posibilidad de que sufrieran un 'accidente', eufemismo con el que el gobierno de Trujillo enmascaraba las depuraciones y ejecuciones, era ya un rumor en todo el país.
Y así fue. El 25 de noviembre, después de visitar a sus esposos en prisión, cayeron en la emboscada tendida por cuatro agentes del servicio de inteligencia militar. El jeep en el que regresaban fue interceptado por los matones y a punta de pistola fueron estranguladas y rematadas a palos. Su chófer, corrió la misma suerte.
Así lo relataba Ciriaco de la Rosa, uno de los criminales, ante el tribunal que los juzgó en 1962, tras la muerte del dictador:
«Después de apresarlas las condujimos al sitio cerca del abismo, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas, María Teresa. Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta, Minerva, yo elegí a la más bajita y gordita, Patria, y Malleta al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas. Traté de evitar este horrendo crimen, pero no pude, porque tenía órdenes directas de Trujillo. De lo contrario, nos hubieran liquidado a todos«.
Ese fue el principio del final para la dictadura de 'el Chivo', dos años después del crimen moría a balazos también en una carretera, y el origen de una reivindicación que, 59 años después, sigue muy vigente. «Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte», dijo en más de una ocasión Minerva Mirabal, como si pudiese entonces anticipar que su muerte iba a convertirse en todo un símbolo.
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