Casi medio millón de vascas han sufrido violencia machista a lo largo de su vida

El estudio lo presentaron ayer la consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, Nerea Melgosa; Jorge Aramendi, técnico del órgano estadístico del departamento, entidad encargada del informe; y la directora de Emakunde, Miren Elgarresta, que quisieron agradecer a las 4.500 mujeres participantes de entre 16 y 85 años el haber compartido con las encuestadoras sus historias, en algunos casos «relatos desgarradores».

El análisis se estructura en tres partes: violencia sufrida a manos de la pareja o expareja, fuera de la relación sentimental y la que incluye ambas. Son así 449.295 mujeres (el 48,2% del total) quienes han padecido algún episodio a lo largo de su vida, mientras que 68.949 (el 7,4%) han sido agredidas recientemente. «Es una radiografía profunda de la realidad que nos ayuda a demostrar la magnitud real de una violencia que está normalizada», subrayó la responsable del Instituto Vasco de la Mujer.

Los datos, puntualizó, «ratifican de manera incontestable el carácter estructural de la violencia machista». En el caso de la ejercida por la pareja o expareja, tres de cada diez vascas que han tenido una relación sentimental han padecido algún tipo de violencia. El 13,5% ha soportado agresiones físicas, hechos que han sucedido repetidamente para el 83,2% de las víctimas y que han ocurrido durante más de cinco años (30,1%). La violencia sexual en estos casos, con acciones como «obligar a mantener relaciones sexuales», ha afectado al 8,3% de las encuestadas que han tenido una pareja. Las cifran en casi 74.000.

Y el maltrato psicológico, que incluye menosprecios, insultos, acusaciones de infidelidad, control, prohibiciones de ver a amistades o amenazas de hacer daño a los hijos, lo han vivido el 28,6% (253.788). En torno a un 9,5% (84.478), además, ha tenido miedo a su compañero o excompañero sentimental en el último año.

Una de las reflexiones que quiso destacar Melgosa es que «esa violencia no se ejerce solo sobre las mujeres, sino también sobre sus hijas e hijos». En ese sentido, la investigación recoge que el 34,7% de las víctimas convivía con menores de edad cuando se produjeron los episodios de violencia. De ellas, siete de cada diez aseguran que los niños vieron o escucharon estas situaciones y un 27,6% reconoce que sufrieron también «de manera directa» actos violentos.

Entre las principales razones para no denunciar, de hecho, además de «la falta de identificación» de esa violencia como un delito denunciable y «los sentimientos de culpa y vergüenza» aparece «la necesidad de proteger a los hijos e hijas». Todavía a día de hoy, detalló Aramendi, «algunas mujeres mayores que han hecho el esfuerzo de compartir experiencias que preferirían olvidar nos decían que no quieren que sus hijos se enteren».

En el caso de la violencia fuera de la pareja, el estudio estima que 311.373 mujeres (el 33,4% de las residentes en Euskadi) han sufrido agresiones físicas o sexuales en algún momento de su vida. Aquí el informe analiza el ámbito intrafamiliar, el entorno laboral, las personas cercanas (amistades, vecindario, compañeros de estudios), el espacio público y las zonas de ocio. El 15,7% (146.651) ha padecido alguna vez violencia física (empujones, tirones de pelo, bofetadas...) y amenazas, la mayoría por parte de personas conocidas, y el 26,1% (243.494) agresiones sexuales.

Los actos más frecuentes son tocamientos, aunque, excluyendo esas acciones, el 7% manifiesta que «les han obligado o les han intentado obligar a mantener relaciones sexuales alguna vez en la vida».

En el 18,6% de los casos, el agresor es un varón al que no conocen, y en la mayoría (83,7%), independientemente de si el atacante es conocido o no, los delitos sexuales se han producido en espacios públicos, como calles, parques, discotecas...

Melgosa incidió durante la presentación en que «no hay un perfil de víctima ni de agresor», pero sí que insistió en que «la mayoría» de los victimarios que agreden a sus parejas, un 83,1%, «son de nacionalidad española». En el caso de las mujeres, las naturales de otros países presentan una tasa más elevada. El 61,1% ha sufrido algún episodio a lo largo de su vida, mientras que en el caso de las nacidas en España el porcentaje se sitúa en un 46,8%. La incidencia es asimismo ligeramente superior en las féminas con discapacidad (49,8% frente al 48,2% general).

También se observan diferencias en función del nivel de estudios, con tasas más elevadas entre las que tienen formación superior (el 55,8%), muy por encima de quienes se quedaron con estudios primarios o inferiores (33,5%). La edad es otro de los factores analizados, y la prevalencia es más alta entre las adultas de 30 a 44 años (el 62,3% han sido víctimas de algún delito machista) y en las jóvenes de 16 a 29 (55,8%). «La probabilidad de que las mujeres más jóvenes sufran algún tipo de violencia dentro y fuera de la pareja, sobre todo violencia sexual y violencia psicológica, parece por lo general mayor, ya que sus tasas de prevalencia superan con creces la tasa media», subraya el análisis. Las mujeres de entre 65 y 85 años en la misma situación son un 30,2%, valores «especialmente modestos», aclara el informe, por la existencia de «condicionantes educativos que pueden estar dificultando la revelación de la violencia».