Asociaciones se movilizan para «romper» el silencio en los abusos a niños

«El silencio es la base de esta realidad. Es el delito más impune y el menos denunciado. Pretendemos denunciar la enorme impunidad de los agresores y de la desprotección de las víctimas», afirmó ayer Maite Sánchez, trabajadora social y colaboradora de la plataforma Haurren Kontrako Indarkeriarik ez!, promotora del acto. Se trata de la primera marcha en el País Vasco sobre esta temática, por lo que sus convocantes esperan que sea el «comienzo de una lucha para combatir esta grave vulneración de los derechos de los menores». «Hemos decidido sacar de las ciudades estas movilizaciones porque creemos que en los pueblos el efecto es mayor», señaló Sánchez, quien justificó la elección de Algorta como primer lugar para manifestarse por la convivencia de diversas clases sociales. «La violencia sexual hacia la infancia atraviesa todas las estructuras y estamentos sociales».

En un 90% de los casos el agresor es un familiar varón. En un alto porcentaje de casos «se tapa» y se opta por no acudir a la justicia. De hecho, solo se denuncian entre el 2 y el 10%. Es decir, «casi ninguno», precisó Sánchez. «El abuso sexual infantil se entiende como un tema que se debe quedar en casa y eso debe cambiar. La familia es el marco en el que se dan la práctica totalidad de estas violencias, y el sistema heteropatriarcal es la estructura que las legitima, poniendo en duda la palabra de las mujeres y naturalizando la imposición del deseo masculino», añadió.

Los convocantes, bajo el lema 'Txikitxu! Zurekin gaude!', recorrieron varias calles del barrio getxotarra. Exigieron medidas inmediatas, como la reapertura de los casos que, apoyados por informes periciales, no han sido tenidos en cuenta por el poder judicial, por lo que se han archivado o los agresores han sido absueltos. «Aunque se te crea, no hay instituciones ni medidas ni protocolos para abordar estas denuncias», se quejaron. También advirtieron de «la falta de especialización del personal profesional interviniente», por lo que reclamaron «más formación y revisión y seguimiento de la práctica profesional».