Manos y muñecas fracturadas, los peligros de los paseadores de perros
Las mujeres y los mayores de 65 años son los más expuestos a los riesgos de tirones y tropiezos al dar una vuelta con la mascota atada a la correa, según un estudio de Reino Unido, que calcula en unos 27 millones de euros el coste de estos accidentes
Pasear al perro puede ser una afición de alto riesgo. Los tirones del animal cuando está sujeto con la correa puede causar fracturas y lesiones ... en tejidos blandos en manos y muñecas. Los dedos rotos es el daño más común, en el 31% de los casos analizados, según un estudio publicado en la revista Injury Prevention, este martes, y realizado a partir de casi medio millón de casos registrados en bases de datos sanitarias británicas y norteamericanas, como PubMed o Scopus. También se sufren fracturas de muñeca, que afectan a uno de cada cuatro paseadores de perros, y lesiones en tejidos blandos en los dedos (24%) y las muñecas (17%).
Aunque salir a dar una vuelta con el perro no tiene más peligro que otra actividad deportiva o recreativa para la mayoría de personas, sí tiene un riesgo «desproporcionado» para mujeres y mayores, indica el trabajo coordinado por BMJ, con datos recogidos entre 2012 y 2024, y revisado por pares.
De los cientos de miles de accidentes, uno de cada tres tenía más de 65 años, y tres de cada cuatro eran mujeres. «Las mujeres mayores tienen mayor probabilidad de padecer osteoporosis y, por lo tanto, tienen mayor susceptibilidad a las fracturas, mientras que las personas mayores, en general, tienen mayor probabilidad de tener problemas de equilibrio y marcha, así como de visión reducida», explican los científicos. «Un número significativo de estas lesiones son atribuibles a la tenencia de perros, especialmente en la población anciana y femenina».
Visita a Urgencias
Para minimizar el riesgo, los autores del artículo recomiendan enseñar a sujetar la correa en la palma de la mano y sin envolverla en los dedos o la muñeca, evitar la correa retráctil y entrenar a la mascota. Los tirones del animal pueden desembocar en caídas e incluso en ser arrastrado unos metros por el suelo, y es lo que sucede con mayor frecuencia, el 68% de los casos -unos 314.000 individuos en la muestra estudiada-. Los accidentes también pueden ocurrir por una caída al tropezar con el perro (20%) o enredarse con la correa (11%). Hubo también otras lesiones indirectas, en las que no estuvieron involucradas las mascotas pero que no hubiesen ocurrido si el dueño no saliese a pasear. Un 13,5% era menor de 18 años.
«A pesar de los numerosos beneficios para la salud cognitiva y física que conlleva tener un perro, no está exento de riesgos de lesiones», advierten los investigadores, que estiman que en Reino Unido los accidentes de los paseadores de perros, unos 8,5 millones (un perro por cada siete habitantes), representan hasta el 30% de las visitas a Urgencias.
Al cuantificar el coste que tiene para la sanidad británica (NHS) llegaron a una cifra: unos 27 millones de euros anuales en cirugía y escayolas, sin contar el perjuicio económico de la baja laboral y los cuidados que requiere el paciente. Reconocen, sin embargo, que no tuvieron en cuenta la raza de los perros, el tipo de correa ni el entorno del paseo.
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