La limpieza de los grafitis de los trenes vascos de Renfe cuesta 860.000 euros

Una media de once actos vandálicos de este tipo se denuncian en las instalaciones de Renfe en Euskadi cada día. Actuaciones que tras las investigaciones conjuntas realizadas por el personal de seguridad de Renfe y por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad permitieron identificar y poner a disposición judicial a los autores de 124 grafitis el año pasado. Por si fuera poco, los trenes vascos tuvieron que permanecer hasta 450 horas detenidos para proceder a la limpieza, que, en total, abarcaron cerca de 2.400 metros cuadrados de superficie.

A nivel estatal son cerca de 70.000 euros diarios (25 millones de euros al año) los que Renfe dedica a la limpieza de pintadas que, como explica el servicio de transporte público en una nota, se trata de una «lacra» que conlleva consigo unos gastos indirectos relacionados con la inversión en seguridad, tanto de personal como otros sistemas tecnológicos.

Asimismo, Renfe pone el foco en los usuarios que hacen uso de los trenes y, por tanto, quienes «sufren directamente las consecuencias de los trenes vandalizados con pintadas». En algunos casos por culpa de los retrasos y suspensiones de aquellos trenes que no pueden circular por falta de visibilidad en sus elementos de seguridad; y en otros por el «el olor de este producto químico que resulta muy molesto a los viajeros». Actos vandálicos que cuando se realizan durante la circulación provocan frenazos de emergencia y que ponen en peligro la propia vida de los grafiteros.