El piscolabis

Netanyahu y lo de Bilbao

En esta vida hay que ser listo hasta para protestar

Sábado, 6 de septiembre 2025, 00:01

Lo de Palestina es un genocidio. Lo repito: genocidio. Y Netanyahu un criminal. Hace mucho que Israel dejó de ser David para convertirse en Goliat. ... Hasta la venganza tiene sus límites. En ese punto estamos de acuerdo todas las gentes con un mínimo de humanidad. Incluso paisanos del psicópata protestan allí, donde más le duele, ante tamaña masacre. Obviamente muchos judíos se están sumando a la vergüenza de que en su nombre se asesine a todo un pueblo, niños incluidos. Siempre habrá quien lo justifique o intente explicar lo que hace mucho carece de argumentos. Pero la razón se pierde cuando las formas son tan brutales. También tengo claro que el deporte, cuando es espectáculo, carga con suficientes tensiones para que le añadamos más pólvora. Por eso lo mejor, creo, sería no permitir que compita un país en guerra o conflicto armado, tanto dentro como fuera de sus fronteras. Sea Israel, Rusia o Pernambuco. Lo digo y lo subrayo para dejar clara mi postura. Aunque me temo que a los de siempre ni les importa, ni lo van a tener en cuenta cuando lean las siguientes lineas.

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Lo de Bilbao y el caos final de la etapa de la Vuelta es una de las mayores estupideces de los últimos tiempos. Y mira que el listón estaba alto. Pero hay más tontos que botellines. Ese día no ganó nadie. Ni los ciclistas, que no pudieron cruzar la meta, ni nuestra villa, ni los organizadores, ni el público, ni los manifestantes. Todos perdimos. Y, como siempre, por gilipollas. Es lo que tiene esta vieja Europa que se empeña en pensar y obrar como un ingenuo adolescente. Creemos que con pancartas, manifestaciones y grititos varios vamos a cambiar el planeta. Como si al resto del globo terráqueo le importara una mierda nuestra opinión. Pero da igual. Pasan los años y no escarmentamos. Quienes somos vecinos o trabajamos en la zona donde sucedieron los hechos sabíamos que iba a liarse una buena. Había mensajes en las redes y hasta mis vecinas del tercero, que creen que la tele solo tiene dos canales y uno es el UHF, ya se habían enterado de que estaba prevista una concentración en la Gran Vía. Entre el portal 62 y 64, con posible ampliación al 60. Pues la Ertzaintza no tenía ni idea. Como les cuento.

Pasé por la zona a la 13:00 y pregunté a varios agentes sobre el asunto. Me miraron como las vacas al tren. Desconocían el tema, disimulaban de cine o no creyeron que sucedería. Por eso me llama la atención las declaraciones posteriores sobre que no era imaginable lo que pasó. Tengo claro que la policía no es tonta y que a los agentes no les gusta quedar como lerdos. Así que se me acumulan las dudas. Por cierto, en las redes ya hay quien pide hacer lo mismo en los partidos de Champions del Athletic. Avisados estamos. Pero que la mala gestión de la seguridad no nos distraiga sobre los verdaderos culpables. Los de siempre. Había familias con banderas palestinas, padres y madres con sus hijos y aitites y amamas concienciados. Gente que quería mostrar su repulsa por lo que está pasando en Gaza. Pero a partir de las 16:00 empezaron a bajar por Iparraguirre y el Sagrado Corazón individuos que llevan escrito en sus caras las ganas de montar batalla. Fuera por Palestina o por el deshielo de los Polos. Y ya saben, una vez encontrada la excusa hay barra libre. Ciertas cosas no cambian. Ésta es una. Basta con ver a quien aparenta liderar las protestas para entender que el motivo es lo de menos. Resulta curioso que quien usó la violencia en su día ahora vaya de Teresa de Calcuta.

Argumentan los que boicotearon la final de la etapa y quienes los aplauden, que ha sido un éxito. Que Bilbao y Euskadi han demostrado que se mantienen firmes contra el genocidio del pueblo palestino. Mentira. Un éxito habría sido si se hubiese mostrado en directo y en todo el planeta. Pero TVE desconectó y la bronca solo se ha emitido en algunos informativos y en las redes. Llevo años diciendo que hay que tener más imaginación. Un gran mosaico a lo largo de los últimos metros y la meta, sacado en ese instante, hubiese sido más efectivo. O miles de personas con sus manos pintadas de rojo sangre con un mensaje pacifista. Pero es más fácil tirar vallas. Fue una cagada aunque la vendan como triunfo. Y por esa patochada estamos todos señalados. Tanta inversión para que se la carguen un puñado de violentos.

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Hemos perdido todos. Bilbao, porque los tocapelotas de siempre la ha vuelto a liar. El equipo israelí por pensar que puedes pasearte sin problemas mientras tu ejército mata niños. La UCI por aceptarlos. Los de la plataforma famosa porque no han logrado la difusión que esperaban, ni detener definitivamente la Vuelta y, aún menos, parar la masacre. Desde el miércoles han sido asesinados más de 100 ciudadanos palestinos. Y la cifra sigue subiendo. O puede que esté equivocado. Que haya sido una buena idea. Me acaban de contar un notición. Netanyahu se ha enterado de lo que pasó en Bilbao y está de los nervios. Dice que si sucede otra vez, detiene su genocidio. Se ha acojonado al ver cómo unos tipos han tirado unas vallas en un rincón del sur de Europa. No estaba preparado para eso. Ya solo falta que les echen de Eurovisión. Les digo yo que, a este paso, se corta las venas.

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