Se hunde un parking subterráneo en Santander sin que se produzcan víctimas
Megáfono en mano, la alcaldesa ha pedido a los vecinos que hagan recuento de personas entre los bloques | En estos momentos se ha descartado ya que hubiera alguien en el garaje, por lo que no hay que lamentar víctimas
ANA DEL CASTILLO
Lunes, 13 de enero 2020, 08:24
Los vecinos de Nueva Montaña se han despertado esta mañana entre el caos. A las 6:30 horas se ha hundido el parque infantil de la calle Tomás y Valiente sobre el parking subterráneo que hay debajo, un aparcamiento en el que aparcan sus vehículos 500 residentes de una gran urbanización cercana al centro comercial Bahía de Santander. Aunque agentes de la Policía Local, efectivos de la Policía Nacional, bomberos y sanitarios han estado buscando posibles víctimas, hace escasos momentos, han confirmado que no falta ningún vecino de los tres bloques más afectados, lo que hace suponer que no hay víctimas pese a la magnitud del suceso. A primerísima hora de la mañana, la alcaldesa, megáfono en mano, ha pedido a los jefes de escalera que fueran piso por piso preguntando si falta alguien. Se ha establecido un puesto de mando en el centro cívico de la zona.
«Estaba en la cama y he escuchado dos explosiones y un temblor», ha descrito uno de los afectados. Todos asisten con incredulidad a lo que ha pasado. El bloque 3 y, dentro de éste, los portales A, B y C son los más afectados por el suceso. Los bomberos se encuentran ya comprobando la estructura del garaje afectado y, por el momento, no se echa de menos a nadie, aunque se trabaja con la duda de si algún vecino madrugador estaría cogiendo su vehículo cuando se ha hundido el suelo del parque.
Pero sobre las 09.00 horas se ha descartado ya que hubiera alguien en el parking. Los bomberos están comprobando que el forjado caído de la zona no afecta a toda el área adyacente para empezar a intervenir asegurando los espacios de alrededor y para poder empezar a desescombrar todo lo derruído. César Díaz, concejal de Fomento del Ayuntamiento, ha informado de que a la luz del día se va a revisar bien todo el perímetro del barrio para certificar que se pueda volver a las viviendas sin riesgo. Aunque la preocupación es enorme: el agua entra a chorros en la parte hundida por unas tuberías rotas y se viven escenas que acongojan. «Mamá, ¿verdad que esto tiene que ser un sueño», dice uno de los niños que han llevado al centro cívico. «Sí, hijo, una pesadilla», le contesta la madre.
«Ha sido como un terremoto»
Los vecinos describen un momento angustioso cuando, hace menos de una hora, se han presentado en los edificios agentes de la policía llamando a las puertas con insistencia e instando a la gente a salir de las viviendas. Muchos estaban todavía en la cama. «Tienen que salir, que ha habido un hundimiento», ha relatado María Rosa Anero, que urgían los policías. Esta mujer señala que primero, cuando aún todo el mundo estaba durmiendo se ha oído una explosión. «He notado que se ha movido el edificio, como si fuera un terremoto. Una chica gritaba dentro del ascensor porque subía y bajaba y no paraba». De forma muy parecida lo ha descrito otra residente en la zona. «oté que se movía la cama y ves que se hude la tierra. Te asustas».
Gochicoa: «Puede haberse debido a una deficiencia de la placa donde está el parque»
José Luis Gochicoa, consejero de Obras Públicas del Gobierno regional, ha señalado que, en un primer momento, se cree que el suceso pueda atribuirse a una «deficiencia de la placa» sobre la que se asentaban el parque infantil y la pista de futbito, sobre la que se habría puesto «demasiada tierra» que «puede haber echado abajo la placa». Los bloques de alrededor de la zona que se ha venido abajo son viviendas de protección oficial, construídas por Dragados y Ascán y promovidas hace 14 años por Gesvicán (promotora dependiente de la Administración autonómica), a la que los vecinos acababan de ganar un juicio hace ocho meses, según ha relatado la presidenta de la Asociación de Vecinos, María Eugenia Fernández. Fernández ha indicado que hace ya siete años que se había denunciado a Gesvicán por la filtración de agua que había en los garajes que han sufrido el hundimiento y que la promotora estaba obligada a arreglar las deficiencias. Este verano se había cambiado la tela asfáltica del tapiz de la pista de futbito, pero habían sido obras más estéticas que de cierta envergadura, como habían pedido los afectados.
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Los comentarios de los corrillos de la gente, que está en shock, van todos en la misma dirección. «Llevábamos años reclamando revisiones, había charcos en los garajes y unas humedades horrorosas», han señalado en un grupo de afectados. Olga González ha lamentado que ha perdido dos coches y Javier Conde, del bloque 1D decía que, «si esto llega a pasar a las 18.00 horas de cualquier día, aquí hay 100 muertos porque este parque es donde hacen la vida los niños del barrio».
Pasado un rato del desalojo, la Policía permitió a los afectados subir a sus casas, pero les prohibió utilizar los ascensores por motivos de seguridad. Hacía frío y la mayoría había bajado a la calle en pijama y con los abrigos encima. Pero muchos de los autorizados tienen el miedo en el cuerpo y, por el momento, no se atreven a subir. «Yo estoy en shock», admite Cristina Balza, que tiene un bebé de un mes y cinco días en los brazos, y se niega a volver a la vivienda. «Te asomas al balcón y dan ganas de llorar», relata. De los tres bloques más cercanos al área hundida, en dos ya se ha localizado a todos los vecinos, para alivio de todos, también de las autoridades.
«Primero se ha caído el parque y luego la pista de futbito»
Dos vecinos del bloque 1B cuentan que, cuando todo ha ocurrido, estaban durmiendo porque eran las 6.10 horas y lo poco que han podido ver (era todavía de noche), cuando oyeron el primer golpe y se asomaron, fue cómo caía todo. «Primero fue la zona norte, que es el parque infantil, y luego la parte sur, que es la pista de futbito«, ha relatado Daniel González, que cree que ha perdido una moto que se había comprado hace poco y el coche de su madre. Estaba todo lleno de humo y casi no se veía. «A los 10 minutos empezaron a llegar los coches de policía» y a encintar toda la zona para que no pasara nadie. Los agentes se dedicaron también a desalojar a todos los residentes en los bloques cercanos. A Ismael González le despertó su suegro a timbrazos y le urgió a bajar con su mujer y su hija a una zona segura. «Allí estaba ya todo el mundo, la policía, los bomberos. Bajamos con lo puesto, muy asustados».
Los vecinos no dejan de contar los momentos de desconcierto y confusión que han vivido cuando todavía no había amanecido en Santander mientras se preguntaban los unos a los otros por si faltaba alguien. «A mí me ha despertado mi mujer. Salía a trabajar y he notado un ruido raro. La puerta del garaje salió volando cuando se hundió el parque porque la onda expansiva ha reventado todas las puertas. Al principio pensé que era una fuga de gas», ha relatado Andrea Pilia, un residente en el bloque 13B, rodeado de personas en pijama, con los niños en brazos forrados con los edredones de las camas. Lucía Lamadrid también lo ha vivido con ansiedad. «Me despertó la explosión. Me asomé y veía mucho polvo, sonó la alarma de los garajes y ví que la gente empezaba a salir. Cada vez lo veo esa parte más hundida», se lamenta.
En el centro cívico de Nueva Montaña, los agentes de todos los cuerpos de emergencia quieren empezar a trabajar ya a trabajar con planos de la urbanización para decidir los próximos pasos a dar y se los han solicitado a Gesvicán, la empresa pública de Vivienda de la Administración regional. Se ha establecido una mesa de mando en la que están los mandos de la Policía Local, Nacional, Bomberos de Santander, el concejal de Fomento, César Díaz, y el consejero de Obras Públicas del Gobierno cántabro, José Luis Gochicoa. También han llegado al lugar la consejera de Presidencia, Paula Fernández y el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, lo mismo que el vicepresidente Pablo Zuloaga y el delegado del Gobierno, Eduardo Echevarría, así como varios concejales del Ayuntamiento, entre ellos Javier Ceruti y José María Fuentes-Pila.
«Las viviendas no corren peligro», señala la alcaldesa
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha confirmado que el hundimiento del aparcamiento de Nueva Montaña no ha provocado víctimas ni ningún tipo de daño personal. «Por fortuna, las familias no echan de menos a nadie», ha afirmado la regidora, que se ha desplazado hasta la zona nada más conocer los hechos, a las seis y media de la mañana, tras recibir una llamada de la presidenta de la Asociación de Vecinos, y que ha coordinado el operativo del Ayuntamiento para recopilar datos y conocer si faltaba alguien.
Igual también ha asegurado que las viviendas «no corren peligro», según han valorado los técnicos, por lo que se ha descartado la posibilidad de realizar desalojos.