Homenaje al asesino Luigi Mangione en Boston: jóvenes vitorean en un concierto la imagen de su ficha policial

Luigi Mangione, un joven de 26 años procedente de Maryland, mató a tiros en Manhattan a Brian Thompson, ejecutivo de los seguros médicos. Ocurrió hace diez días. Lo hizo a sangre fría y a primera hora, en una de las principales avenidas de Nueva York. La Policía lo identificó al encontrar huellas dactilares en un botellín de agua y en el envoltorio de una barrita energética. Fue detenido cinco días después del suceso en Pensilvania, cuando un trabajador de un restaurante de comida rápida lo reconoció.

Desde entonces, el joven se encuentra en prisión y ya ha comparecido ante el juez. Los ojos de las autoridades lo ven como un asesino, pero en la calle la percepción es bien distinta. Especialmente entre los jóvenes y más desfavorecidos. Su crimen contra un directivo de una empresa de seguros médicos se ve ahora casi como una heroicidad. Como una especie de David contra Goliat, en un país donde estas compañías cobran a sus asegurados por todo y luego ponen todas las pegas posibles para que reciban los tratamientos que necesitan.

En las últimas horas se ha difundido un vídeo en redes sociales en el que Mangione recibe un homenaje improvisado en un concierto en Boston. Los asistentes al evento dejaron de bailar cuando el DJ utilizó la pantalla gigante para exponer una serie de fotografías de Mangione. En el momento que apareció la imagen de la ficha policial, los jóvenes gritaron fascinados.

También se ha visto en el Chinatown neoyorquino muestras de apoyo hacia Mangione. En pleno centro del popular barrio, los postes han aparecido con la cara de Thompson tachada con una cruz roja. También aparecen otros 'colegas' del sector Andrew Witty, consejero delegado de UnitedHealth Group, y Heather Cianfrocco, en idéntico cargo en Optum's Health. «Se busca: por negar atención médica a cambio de ganancias corporativas. Los directores ejecutivos de salud no deberían sentirse seguros», dicen los pósters.

Todo apunta a que Mangione decidió acabar con la vida del ejecutivo por un problema personal con la empresa. El joven se sometió a una operación de espalda hace unos meses y, según su entorno, la cirugía le dejó sumido en un dolor crónico. Es posible que su compañía de seguros no quisiera pagar las subsiguientes intervenciones o que le quedaran pendientes las facturas de la primera.

Entre los objetos que incautaron a Mangione se encuentra una pistola fantasma impresa parcialmente en 3D que coincide con los casquillos encontrados en la escena del asesinato. En la escena del crimen, el autor escribió «Delay, Deny and Defend» (Retrasar, Negar y Defender), título de un libro de 2010 que denuncia las prácticas de las compañías de seguros.

Otro de los objetos hallados por la Policía fue una libreta de notas en la que se leían frases como «¿y qué haces? Liquidar al director ejecutivo en la convención anual de parásitos que cuentan las habichuelas», según publica el 'New York Times'. Este rotativo asegura que la Policía neoyorquina recalca en su informe que teme que se vea a Mangione como «un mártir y un ejemplo a seguir».

La investigación cree que el joven vio el asesinato del ejecutivo como «un derribo simbólico» del sistema. «Probablemente se ve a sí mismo como una especie de héroe, que finalmente ha decidido actuar contra tales injusticias». Y parece que muchos ciudadanos han encontrado en él precisamente esto.

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