El hijo de Pablo Escobar habla de su relación con su padre: «Me enseñó a suicidarme correctamente»
Aborda temas como la seguridad que tenían o qué pasó con la herencia
B. Vergara
Viernes, 23 de mayo 2025, 19:39
El nombre de Pablo Escobar siempre será asociado al famoso narcotraficante colombiano jefe del Cártel de Medellín. Un hombre con mucho poder en el país que murió en 1993 abatido a tiros por la Policía. Su hijo heredó su nombre, aunque se lo cambió a Juan Sebastián Marroquín Santos. No siguió los pasos de su padre. Él ejerce como escritor y arquitecto. «Me amenazaron de muerte por no convertirme en Pablo Escobar», explica este hombre, quien subraya que «hago lo que creo que es correcto».
El hijo de Pablo Escobar aborda en el podcast del mexicano Melo Montoya diferentes temas de su relación con el temido capo del cártel de la droga colombiano. Habla, por ejemplo, de la seguridad que tenía su familia. Su padre tenía unos 50 hombres armados que le protegían en todo momento. Y 15 para cada miembro de la familia.
Marroquín ha narrado uno de los momentos en los que casi pierde la vida. Fue cuando tenía solo 12 años. Iba a bordo de un coche cuando les tiraron una granada. El artefacto se coló en el vehículo y cayó entre sus piernas. «La lancé por la ventana y luego explotó», cuenta. Un niño que vivió una infancia diferente. «Mi padre me enseñó a suicidarme correctamente», afirma ante la estupefacción del entrevistador. «Nada de dispararse en la sien o en la boca, como aparece en las películas».
A pesar de los crímenes que cometió su padre, Marroquín afirma que «escogería mil y una veces a Pablo Escobar como padre. Tengo separado lo que hizo con lo que era como padre», subraya.
Ser el hijo de Pablo Escobar le hacía ser muy diferente al resto. De hecho, a veces iba en helicóptero al colegio «para no llegar tarde». Cuando estaba en la finca Nápoles, ubicada a tres horas en coche de la escuela, le llevaban en esa aeronave. Sin embargo, en el colegio tenía «poca relación» con los compañeros. «Solo tenía un amigo», admite. «Era un niño que era huérfano, por lo que nadie le decía que no se juntara conmigo», explica. «Te quedabas con ganas de jugar. No era por ellos (los niños), sino por sus padres, los cuales después hacían negocios con mis padres».
Durante la conversación también aborda los crímenes que cometió su padre. No puede calificar cuál es el peor. Lo que tiene claro es que «ni una persona debió caer». Y subraya que «no se pueden hacer comparaciones» entre víctimas, «ninguna persona vale más que otra». Pero no puede olvidar el avión de Avianca que hizo explotar su progenitor. Murieron 107 personas. De hecho, él ha hablado con «150 personas víctimas directas» de aquel episodio. «He hecho la paz con todos ellos», sostiene. Recuerda a una de las víctimas de forma especial, ya que su hijo es amigo suyo. «Su padre se subió al avión el día que se jubilaba. Iba con el nuevo gerente que le iba a reemplazar», explica, dejando entrever la sin razón de aquel ataque.
Marroquín habla de dinero, de mucho dinero. Su padre les dejó «nueve millones de dólares en efectivo» escondidos. Sin embargo, cuando estaban él y otros cinco miembros de su familia en un hotel y los 150 hombres que les custodiaban, se les acabó el dinero. «La cuenta del hotel era tremenda», admite. Así que le dijo a su tía dónde estaba el botín. «Fue la última vez que vi a mi tía y supe del dinero», afirma.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.