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Héctor Alonso, podólogo: «Si no te abrochas este agujero de las zapatillas, estás cerca de romperte el tobillo»

Héctor Alonso Ferrero ofrece las claves para no sufrir ningún tipo de dolencia al correr o caminar

Domingo, 1 de junio 2025, 11:46

Utilizar un buen calzado es fundamental para no sufrir dolor de pies y evitar cualquier tipo de lesión. Especialmente quienes practican deporte suelen invertir en aquellas zapatillas que mejor se adapten a las diferentes actividades, ya que no es lo mismo salir a correr por asfalto que entrenar en el gimnasio, por ejemplo.

Héctor Alonso Ferrero, podólogo, cirujano y divulgador, ha desvelado en sus redes sociales que hay un gesto de lo más sencillo, que todos repetimos a diario y que resulta fundamental para no sufrir malestar al correr o caminar. Se trata de la forma en la que te atas los cordones de las zapatillas.

«Si no te atas el último agujero estás muy cerca de romperte el tobillo», explica el especialista en la salud de los pies. «Y si te lo abrochas, seguramente estés haciéndolo con un cruzado simple, y eso no vale absolutamente para nada», aclara. A continuación, Alonso muestra la manera correcta de hacerlo. »Pasa el cordón por el último agujero, sin meterlo del todo. Haz lo mismo en el otro lado y después introducimos el extremo opuesto y tiramos«, indica. «Así, la zapatilla te agarra perfectamente el empeine y el tobillo», comenta.

Por otro lado, el experto ha hablado de los tres tipos de calzado que suponen «un peligro para tu fascitis plantar», cuenta. «Como podólogo, veo personas todos los días con problemas por usar el calzado incorrecto», lamenta. En cuanto a la fascitis, una dolencia que se produce cuando el tejido de la base del pie se desgarra o inflama, se acentúa con el uso de bailarinas o manoletinas. «Al tener la suela tan fina y plana te van a generar demasiada tensión en la fascia», indica.

En segundo lugar, el profesional no recomienda las populares botas UGG porque «no sujetan ni el tobillo ni el talón y son muy planas». En tercer lugar, las clásicas chanclas. Al no tener nada de sujeción el pie tiene que agarrarse con los dedos al caminar, lo que tensa la fascia plamntar.

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