Un hombre al que «le iban muy bien las cosas»
Pedro Nieva, el arrestado como presunto inductor del asesinato, era la «envidia sana» de sus excompañeros de instituto
Josu García y YOLANDA RUIZ
Martes, 19 de febrero 2019
Pedro Nieva estudió en el instituto de Formación Profesional Urritxe de Amorebieta. Sus compañeros le recuerdan como un buen 'chispas' y una persona « ... que siempre está dispuesto a pagarte una copa o un café cuando coincides en un bar». La noticia de su detención les ha sorprendido sobremanera. Sobre todo porque «las cosas le iban muy bien». «Nunca me lo habría imaginado. Parecía alguien feliz, al que la vida le había sonreído», afirmaba esta mañana un exalumno del centro educativo, mientras tomaba un refresco en una cafetería del corazón del municipio. «Por eso es difícil entender que se metiera en este lío, si es que lo ha hecho», añadía.
El arrestado como presunto inductor del asesinato del concejal de Llanes montó su empresa (Eletricidad Mugarra) en 2002. «Cogió la ola buena del auge inmobiliario», cuenta otro compañero en Urritxe. «La verdad es que le teníamos envidia sana, porque estaba con una mujer guapa y muy buena persona, dos hijos estupendos, una empresa y, en apariencia, una situación económica desahogada». Conducía un BMW x3 y vivía en un adosado de la calle Zupipunte, según estas mismas fuentes.
Un tipo «reservado»
Pedro, de unos 48 años, tenía también casa en Llanes, muy próxima al edil asesinado. Su mujer, Katia, es prima de la esposa del político. Ella nació en Suiza, pero siempre ha estado muy apegada a Asturias. De hecho, tanto Pedro como Katia solían ir «casi todos los fines de semana allí».
La pareja se casó hace 18 años y tiene dos hijos de 18 y 22 años. Algunos vecinos le definen como alguien «reservado». «No hacían mucha vida en el barrio», cuentan.
En Llanes era frecuente verles junto al concejal y la prima de Katia. También hacían unas reuniones de primos con frecuencia. No faltaban la sidra, el cachopo e, incluso, los trajes típicos regionales asturianos. «Les encantaba Llanes, siempre hablaban del ambiente, de las playas y de los paseos por la costa», cuenta uno de sus excompañeros en Urritxe, que esta mañana no salía de su asombro.
Electricidad Mugarra se ubica en el barrio de San Juan, en una zona poco transitada de Amorebieta. El establecimiento está hoy cerrado. No hay ningún cartel en la puerta que explique el motivo. Los vecinos del lugar aportan escasos datos sobre Pedro. «Venía poco por aquí, la que está siempre es su cuñada». Esta mujer, hermana de Katia, colgó un crespón negro en su perfil de Facebook este verano, tras conocerse la luctuosa muerte del concejal de Izquierda Unida.
En la localidad vizcaína, la gente está muy sorprendida de la detención. Los vecinos del barrio casi no se creen lo ocurrido. «Aún estoy temblando», se sincera una mujer que vive en la misma calle. El operativo de las fuerzas de seguridad se desarrolló sobre las seis de la mañana y fue espectacular. Los agentes forzaron la puerta y entraron al grito de «¡Guardia Civil!». Los pocos curiosos que se acercaron a sus ventanas a ver qué ocurría tuvieron que retirarse casi de inmediato a petición de los agentes. «Ha sido un gran susto», relata una mujer que vive justo enfrente. En la casa, nadie se lo esperaba. «Nos levantaron de la cama».
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