Francia incorpora el combate con espadas láser en las competiciones oficiales
Su Federación de Esgrima cree que es la forma de empujar a los jóvenes a que hagan «algún ejercicio más allá de mover los pulgares»
Antonio Corbillón
Miércoles, 20 de febrero 2019, 01:08
Francia cree haber encontrado una manera de enfrentarse al Lado Oscuro de la Fuerza. En la saga 'Star Wars' era ahí donde se alojaban ... la ira, el odio o la agresividad. La Federación gala de Esgrima ha cambiado el guion de la lucha galáctica por el combate contra la pereza y el sedentarismo que suelen llevar consigo la oferta de entretenimiento digital y las nuevas tecnologías.
Ahora los aficionados a las peleas con espadas láser podrán emular a Luke Skywalker, Obi-Van Kenobi o Darth Vader, los personajes que popularizara George Lucas hace más de 40 años. Si los tres mosqueteros de Alejandro Dumas, con D'Artagnan a la cabeza, convirtieron al país vecino en la mayor potencia mundial de la esgrima, desde sus estamentos competitivos creen que los espadachines del siglo XXI deben incorporarse a ese dominio.
La lucha y sus reglas
-
Las espadas Todas las hojas deben ser de policarbonato con una longitud de entre 61 y 92 centímetros y una cuchilla que no debe superar los 2 milímetros de grosor.
-
El combate Dura tres minutos y los luchadores no pueden salir de un círculo marcado. Los golpes (contactos casi virtuales) tienen diferente valoración: cinco puntos en la cabeza y el cuerpo, tres en brazos y piernas y uno en las manos. Gana el que antes llega a los 15 puntos.
-
259 euros cuesta en Francia la espada láser de serie de mejor calidad. Incluye cuchilla desmontable, USB recargable, tres sonidos y 16 colores distintos. La básica se puede comprar por 99 euros, pero no tiene sonido. En todo caso, muy por debajo del precio de la espada que empuñó Luke Skywalker (Mark Hamill) en 'Star Wars', cuya subasta se suspendió en diciembre del año pasado por sospechas sobre su autenticidad. Esperaban obtener alrededor de 200.000 euros.
La lucha con palos de policarbonato y luces LED se extiende no solo por Francia. Hay clubes de fanáticos en todo el mundo. Pero en París han tomado la delantera y han incorporado los duelos con espada láser a sus competiciones oficiales, hasta ahora centradas en las tres modalidades tradicionales:florete, espada y sable. «Con los jóvenes de hoy tenemos un verdadero problema de salud pública –explicó en su presentación el secretario federativo, Serge Aubailly–. No practican ningún deporte que no se haga solo con los pulgares».
Con cerca de 1.500 clubes de esgrima, los galos saben muy bien el efecto multiplicador que han tenido las películas de capa y espada entre los jóvenes practicantes. Ahora, su Federación ha visto un nuevo filón con el que atraer y ampliar sus miles de fichas.
El segundo domingo de febrero, docenas de practicantes se acercaron a la exhibición de Beaumont-sur-Oise, pueblecito no muy lejos de París y cuyas escuelas de láser se han convertido en un recurso turístico de primer orden. Entre ellos estaba el policía Philippe Bondi. A sus 49 años, lleva casi media vida ejercitándose en las nobles variantes de la esgrima tradicional. «Son los mismos duelos que antes pero mucho más intensos. Llevo dos años con el láser y me resulta más placentero», aseguraba a una cadena de televisión local que acudió al evento.
Franceses e ingleses celebrarán en junio sus primeras competiciones 'open tour', con un formato muy similar al circuito de tenis y que buscan «la afiliación internacional que unirá a la comunidad Led Sable», explican en sus web. Los galos lo anuncian como «un nuevo deporte de combate, diseñado para crear duelos épicos con hermosas armas de luz».
Luchar como en las películas
Los vídeos que ya pueblan las redes muestran escenarios de cruce de espadas a oscuras dominados por los destellos de los mandobles que sueltan los contendientes. Al ambiente cinematográfico se añaden vestimentas coloristas que dan un aire aún más épico a todo.
El organizador del torneo parisino, Michel Ortiz, marca las claves de la competición. «Queremos que sea seguro, bajo la supervisión de un árbitro, pero, sobre todo, queremos que produzca un efecto visual que se asemeje a las películas. Eso es lo que la gente espera».
Al partir de cero, es el propio ente federativo el que trata de organizar la nueva actividad. De entrada, Francia está equipando a los clubes con los nuevos artilugios. «Entre la espada y los protectores he invertido más de 400 euros», asegura el agente Bondi ante las cámaras.
Las parejas de luchadores se enfrentan dentro de un círculo delimitado. Los impactos de luz (no físicos) obtienen diferente puntuación según la zona del cuerpo tocada. Los enfrentamientos duran tres minutos y gana el que antes llegue a 15 puntos. Pero si los dos alcanzan los diez, se entra en la 'muerte súbita' que dará la victoria al que primero golpee en la cabeza o en el cuerpo.
Se diferencia de la esgrima convencional en que hay que llevar el sable detrás de la cabeza antes de cada golpe. Es la forma de que el público aprecie mejor de los cambios de luz. La casi nula iluminación hace que el escenario se convierta en una caja negra en la que el deporte se mezcla con una coreografía de tintes cibernéticos.
La fiebre por esta afición tan estelar es tal que sus impulsores sueñan con que algún día se incluya como una de las especialidades olímpicas de la esgrima. Pero no hay tiempo (ni esperanzas) de que se logre en los Juegos Olímpicos de 2024 que se celebrarán en la capital mundial de la esgrima: París.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión