La Fiscalía investiga un caso de acoso escolar cada semana en Euskadi
El Ministerio Público denuncia que «los protocolos» contra el 'bullying' «no acaban de solucionar el problema»
La Fiscalía del País Vasco investigó el año pasado 53 casos de 'bullying'. Es uno a la semana. Se trata de agresiones que los menores ... cometen contra compañeros tanto en el recinto escolar como en redes sociales, «fundamentalmente Instagram». Y son sólo las más graves, aquellas en las que las familias disponen de los recursos suficientes como para intentar que su caso llegue a los juzgados.
Así figura en la memoria del Ministerio Público correspondiente a 2024. Los datos revelan la magnitud de un problema que ha vuelto a poner sobre la mesa la trágica muerte de Sandra Peña, la niña de Sevilla de 14 años que se quitó la vida la semana pasada por el acoso recibido por parte de varias compañeras de colegio.
Los casos analizados por la Fiscalía vasca tuvieron como protagonistas a menores de entre 12 y 15 años y las víctimas fueron tanto chicos como chicas. En varias de las denuncias presentadas, el acoso se dirige a niños «con problemas de salud mental o importantes minusvalías físicas y psíquicas». En un caso, uno de ellos incluso llegó a autolesionarse a raíz de estos padecimientos.
Las acciones investigadas consisten en insultos, amenazas, coacciones y aislamiento. Los niños acosados sufrieron descalificativos como «mariquita, gordo, ojalá te violen, eres gay, gordo con sobrepeso, homosexual, maricón». Ellas recibieron mensajes como «zorra, te vamos a pegar, gorda, chupapollas». Se incoaron 12 expedientes «de riesgo» derivados de situaciones de acoso escolar.
La memoria anual sólo analiza en detalle los expedientes remitidos por la Fiscalía de Gipuzkoa. Y señala el documento que el 40% de los casos se archivaron porque los denunciados eran inimputables al tener menos de 14 años. Se celebraron dos juicios y sólo uno acabó en condena. Las medidas que se solicitan en estos casos suelen ser libertad vigilada o tareas socioeducativas, «a fin de trabajar la empatía y la resolución pacífica de los conflictos».
La lacra afecta «a todo tipo de colegios, públicos o privados, de las capitales o de las provincias». Lamenta la Fiscalía que los protocolos establecidos por el Departamento de Educación «no acaban de solucionar el problema», como atestigua el hecho de que «en la mayoría de supuestos es la víctima la que termina cambiando de centro escolar». «Las campañas educativas hacia una convivencia en igualdad no son suficientes», añade.
«Un aumento»
Las memorias de la Fiscalía son, hoy por hoy, la única forma de conocer el alcance del acoso escolar en Euskadi. Educación dejó de publicar las estadísticas anuales hace dos años. El último dato disponible, que reflejaba una tendencia al alza, corresponde al curso 2022/23.Entonces Inspección analizó 1.543 casos y en 218 se concluyó que existía una situación de 'bullying'. Aproximadamente en uno de cada tres, el acoso se produjo a través de redes sociales.
Si bien «siempre ha habido» acoso escolar, Natalia Gómez-Rubiera, psicóloga sanitaria especializada en trauma, admite haber observado «un aumento» de casos en los últimos años. «La dimensión digital está ganando peso» en esta problemática, afirma, en conversación con este periódico. Para abordar el ciberacoso, aboga por una supervisión parental «activa pero no intrusiva», que implique «conversar, establecer normas de uso y acompañar». «Es más eficaz que el control técnico» de las aplicaciones, subraya.
La experta asegura que a su consulta acuden personas de todas las edades «con todo tipo de patologías». «Esto es el síntoma, pero cuando vas a la raíz, a la infancia, una gran mayoría sufrieron acoso y provenían de un entorno de baja seguridad emociona», añade.
Equipos en los colegios
Por otro lado, respecto a los agresores, explica que «un niño no nace acosador». Por ello, opina que «el énfasis exclusivo en castigar la conducta acosadora no ataca la raíz del problema», ya que «el 'bullying' no es simplemente un comportamiento aislado de un niño malo, sino un síntoma de condiciones más profundas en el entorno escolar y social». Desde esta perspectiva, ve fundamental «fomentar relaciones positivas entre los estudiantes y entre éstos y los docentes para crear un ambiente de apoyo y respeto mutuo».
El suicidio en 2004 de un adolescente en Hondarribia puso el foco en la gravedad del 'bullying' en Euskadi. Desde entonces, es una preocupación de primer orden para autoridades educativas y centros escolares. Fruto de ese trabajo, el País Vasco cuenta desde 2017 con una estrategia integral que vela por el bienestar emocional del alumnado, Bizikasi.
Bajo ese paraguas se aglutinan diferentes protocolos e instrucciones dirigidas a los centros educativos. Uno de los más relevantes es la guía que define los pasos a seguir ante un posible caso de acoso escolar. Es un documento elaborado en 2019 por el Departamento de Educación en colaboración con Salud. Cuando se abre un expediente, se involucra tanto a los docentes como a las familias. Todos los centros cuentan con un equipo BAT (grupo contra el 'bullying', por sus siglas en euskera), que pone el foco en la prevención. Está compuesto por el director o la directora, la jefatura de estudios, el orientador y el docente encargado del ámbito de la convivencia.
No obstante, es inevitable que el sistema falle. El año pasado, un juzgado de Bilbao condenó a un colegio concertado a abonar 40.000 euros a una familia por su inacción ante el grave acoso que sufrió su hija de 5 años a manos de una compañera de clase, en la que fue una sentencia pionera en Euskadi.
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