Los expertos

El mundo de la informática le embaucó desde niño y se ha especializado en optimizar el posicionamiento en las búsquedas de páginas webs. Es lo que se conoce en el argot como un SEO. Y ayer demostró tener my claras las claves para darse a conocer en internet. La primera es la de abrir un portal digital «con un buen esqueleto, fácil de visitar; es muy habitual diseñar mal una página web», subrayó. Y en este proceso es fundamental la velocidad, que se pueda acceder a ella de forma rápida. «Es la clave del éxito porque somos la generación más impaciente de la historia y, si nuestra web tarda en cargar más de un segundo, el usuario se va a buscar otra», aseguró. En el mismo sentido, asumió que Google se ha convertido en la principal vara de medir: «Si no figuras aquí, prácticamente no existes, porque solo uno de cada 100 usuarios se mueven al margen de este sistema».

Estudia la intrahistoria y las estrategias de venta de una empresa para analizar sus resultados. Ha llegado a la conclusión de que «todo cuenta: lo que se dice, pero también lo que no; y lo que se hace, incluso de puertas para dentro, porque no es solo cosa de marketing». Por eso pone en tela de juicio las campañas de productos, «cuando ni siquiera tus empleados los usan». Según remarcó, cualquier empresa «tiene su 'storytelling'». No es una historia en sí, es «todo lo que rodea a lo que cuentas y haces y que consigue que tenga sentido; si no lo tiene, en el receptor empieza a haber como un cortocircuito mental. A su juicio, la clave es la coherencia, «sin ella no hay fidelidad». Si una marca dice cosas contrarias a su historia o su política, «empiezas a descreer y le sale más caro, porque vende menos; la primera compra en un producto es fácil, la segunda ya no».

Cuando crearon su empresa hace 20 años, «cobrábamos apenas 300 euros al mes, había muchas cosas que pagar». Entonces se centraban en la creación de páginas web. Con los años la compañía fue evolucionando y ampliando sus áreas de trabajo al marketing digital. La experiencia ha acabado convirtiéndoles en consultores digitales: enseñan a otras entidades a organizarse internamente. «Algo sabemos porque de tres empleados hemos pasado a más de 90», puntualiza García. Analizan los datos del cliente para lograr «información de negocio útil, generar demanda; hacer, en definitiva, una gestión más profesional en la que, como nosotros, de la etapa inicial de supervivencia se afronta otra de mayor efectividad y de eficiencia». Su lema es trabajar el «'win', 'win', 'win': gana el cliente, la empresa y el equipo. Sin ese equilibrio, es pan para hoy y hambre para mañana».

Hoy en día una persona recibe «miles de impactos» al día a través del móvil o el ordenador. Las empresas han descubierto el potencial comercial de internet y se han lanzado a aprovecharlo. En este escenario, los asistentes virtuales son su última gran apuesta. «Las marcas empiezan a ver su utilidad y sus ventajas», subrayó Checa. Cada vez se ofertan más servicios de este tipo en las webs, sobre todo en los teléfonos móviles. Lo usa ya «el 68% de los usuarios». También están cogiendo gran presencia los «altavoces inteligentes» en los hogares que, con solo una orden de voz, escogen la canción elegida o encienden y apagan luces. «Esta opción mejora el nivel de experiencia del cliente. Está transformando la forma en que nos relacionamos con las marcas». De forma más tímida, también empiezan a acceder a los vehículos, «el último bastión de la digitalización».

Los jóvenes son grandes consumidores de internet y se enfrentan más a los riesgos que conllevan las nuevas tecnologías. Pero María Lázaro quiere romper los mitos que se han creado en torno a ellos subrayando el papel que pueden jugar los progenitores para que estos usos no acaben en adicción y se hagan de forma segura. «Hay que sentarse con ellos frente a la pantalla y aprender juntos», resumió. Porque el menor no lo sabe todo de internet, «no nace nativo digital, como se excusan muchos mayores, sino que se hace, hay que ayudarle a gestionar las tecnologías». Según alertó, seis de cada diez «no saben comprobar que una información de las redes es veraz». La realidad es que los jóvenes se relacionan en internet y hay que aceptarlo, «lo que no quita para animarles a salir con amigos». En cualquier caso, insistió, la clave es «acompañarles en este proceso».

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