La erosión costera 'encoge' la cuarta parte de las playas del Mediterráneo
Los veraneantes constatan estos días cómo el desgaste merma los arenales, que dependen cada vez más de los rellenos
Esa estampa habitual de arenales sin un solo hueco para colocar la toalla tiene una doble explicación. Por un lado, está el turismo masivo de ... sol y arena. Pero hay otra razón que no tiene que ver con el incremento de la 'demanda'. Cada vez con más frecuencia, en ese retorno a nuestras playas de siempre nos hacemos eco de una constatación desoladora: la playa ha menguado. Puede que lo percibamos como una sensación difusa, aunque en ocasiones el cambio es brutal.
Por decirlo de manera gráfica, las playas están 'encogiendo' y cada vez es más difícil encontrar un rectángulo libre. Este fenómeno es especialmente visible en la zona del Mediterráneo, pero ninguna costa se escapa. De hecho, en la Atlántica puede ser incluso más acusado el proceso, aunque pase más desapercibido.
Así lo advierten desde el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), un organismo que aúna administraciones públicas y entidades académicas y de investigación. «Las playas se están haciendo cada vez más estrechas y durante los temporales barrios enteros reciben el impacto de las olas del mar, un fenómeno que se conoce con el nombre de 'erosión costera'», explican desde la organización. Para alertar del problema, acaban de poner en marcha el reto de que se les envíe un centenar de fotos de arenales, acantilados y riberas rocosas -con la etiqueta #resuelveelreto, mencionando a @creaf_ecologia y a @gov4nature e indicando su ubicación- que estén visiblemente alterados.
Los aportes de arena a las calas «no son ecológicos porque dañan la zona de donde sale el material»
Viento y oleaje
A veces, una imagen vale más que mil palabras. Pero la investigadora Annelies Broekman nos explica por qué van a menos nuestras playas. «La zona de arena de una playa crece o decrece de forma natural según el viento, el oleaje y los sedimentos que traen los ríos y que llegan a la costa. Con el cambio climático llevan menos caudal (también sucede porque los 'cortan' con la construcción de infraestructuras) y arrastran menos materia. Por otro lado, se reducen porque caen piedras de los acantilados. Todo ello cambia la primera línea de playa».
El problema, explica la especialista, es que hemos roto la capacidad del cambiante 'sistema de playa' para autorrecuperarse de los vaivenes naturales al construir infraestructuras rígidas, desde espigones hasta edificios, que impiden esta dinámica de 'reparación'. «Es necesario concienciar del problema y redibujar el paisaje, se estima que el 25% de la costa mediterránea tiene este problema», calcula Broekman.
Las soluciones hasta el momento pasan por los rellenos de arena, «que ni son ecológicos porque dañan la zona de donde sale ese material, ni económicos -advierte Broekman-. Se gastan muchos millones de euros, unos 13 llevan invertidos en la zona del Maresme, para que en invierno llegue un temporal y no sirva de nada».
Un sistema que necesita ríos caudalosos
La playa no es solo el trozo de arena que se ve. Consta de varias partes: unas emergidas (arena, dunas... que dependen mucho del viento) y otras sumergidas (ligadas al movimiento del mar). Ambas forman un sistema que se regenera muy rápido si se preserva, pero que también degenera a la misma velocidad. Hay playas que de un año a otro pierden un 90% de su zona de arena. Y los ríos tienen un papel clave. «Los caudales de agua dulce deben llegar al mar, dejan sedimentos y el agua dulce, además, aporta nutrientes para la vida marina. Pero para que arrastren todo esto deben llevar caudal suficiente, algo en peligro ahora», alerta la investigadora Annelies Broekman.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión