«Hacer frente al reto demográfico exige políticas de juventud e igualdad»
Expertos apuestan por aceptar el cambio de las estructuras sociales e invertir en un sistema que facilite la «construcción» de un «proyecto de vida»
En 2050 habrá en Euskadi el doble de personas mayores de 65 años que menores de 15. Esa es al menos la previsión. La pirámide demográfica hace ya años que no es tal, con una distribución poblacional en la que la base es más estrecha que la cumbre. El aumento de la esperanza de vida, la capacidad de elección de un modelo de vida, más allá del histórico binomio matrimonio-hijos y, sobre todo, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo son factores de los que estar orgullosos. Pero en la otra cara de la moneda están la bajada de la natalidad, la crisis de los cuidados y la sostenibilidad del sistema de pensiones. La estructura social es distinta, la sociedad es distinta, por lo que las soluciones no deben dirigirse a volver a lo anterior, sino a construir otro futuro. Y en ese camino hay que prestar especial atención a lo que necesitan los jóvenes y los inmigrantes. Y a la igualdad entre mujeres y hombres, claves para reactivar la natalidad.
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Un nuevo «ecosistema» para aumentar la natalidad
Estas son algunas de las lecturas de este «desafío» que hacen los expertos participantes en el Foro Reto Demográfico, segunda entrega del ciclo 'Encuentros Mundo Futuro. Claves para construirlo'. La ausencia de «recetas mágicas» estuvo presente en una mesa redonda organizada por EL CORREO y patrocinada por Iberdrola, Gobierno vasco, Ayuntamiento de Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia y BBK. El debate contó con la visión de Adela Balderas, doctora en Administración y Dirección de Empresas, profesora de la Deusto Business School e investigadora de la Universidad de Oxford; Joseba Zalakain, periodista y director del Servicio de Información e Investigación Social de la Fundación Eguía-Careaga; Elena Goni, responsable de Estadísticas Sociodemográficas del Eustat; y Xabier Aierdi, sociólogo y miembro de la Fundación Begirune.
«Si jubilamos a los 67, tenemos que pensar cómo tratamos a las personas mayores; son un segmento interesante»
Adela Balderas
Deusto Business School
La conversación la guió Luis López, periodista de este diario que recordó que «nos ha tocado la lotería histórica», porque «nunca antes ha habido tanta gente viviendo tan bien y tanto tiempo como ahora», algo que se puede sostener si se genera «mucha riqueza». Y si se distribuye bien, porque, en opinión de Joseba Zalakain, «la pobreza es muchísimo menor entre los mayores que entre los jóvenes y los niños». Esos jóvenes, que afrontan problemas de «precariedad laboral, de vivienda», no pueden subsistir con dos sueldos cuando hace años bastaba con uno; no pueden sostener un proyecto familiar. «Tener hijos es un lujo que se pueden permitir solo unas personas», lamentó el investigador. Y así crece «la desigualdad» entre jubilados y trabajadores, más pobres y que tienen enfrente «el problema de las pensiones».
El «abismo» de las condiciones de vida entre generaciones «es cada vez más importante», y esa brecha pone de manifiesto la necesidad de implantar «un modelo de protección social que mire hacia la gente joven, a la gente que está en lugar de tener hijos», en un mundo muy distinto al de hace unas décadas, en el que «las mujeres, casi naturalmente, tenían hijos y cuidaban de ellos y de los mayores».
«Existe un riesgo con las pensiones, máxime teniendo en cuenta las cotizaciones actuales por la precariedad laboral»
Joseba Zalakain
Fundación Eguía-Careaga
Esa «revolución silenciosa», esa incorporación de la mujer al mercado del empleo, ha trastocado, a juicio de Xabier Aierdi, «todos los parámetros», con «una nueva estructura» que va a necesitar un «impulso institucional» para componer algunas piezas del puzzle. Y ahí son clave las «políticas de conciliación», porque, a más igualdad, más natalidad. Animó el sociólogo a ser «innovadores», a dejar de pensar en la pirámide, porque no va a volver, ya que harían falta «1,5 millones» de jóvenes para reconstruirla. Las políticas deben centrarse en garantizar que las mujeres no se vean penalizadas por tener hijos, no carguen con el peso del hogar, y también en la inmigración.
10% de inmigración
En Euskadi alcanza el 10%, muy por debajo a las cifras de otras autonomías con similar nivel de renta, y crecerá. «En muy pocos años llegaremos al medio millón de inmigrantes y sus hijos», prevé. Son necesarias «políticas importantes de integración» para garantizar que estas personas, que históricamente han llegado para cubrir las demandas del mercado laboral, tengan acceso a «un ascenso social».
«Tengo la impresión de que queremos adaptar la demografía a los servicios y debería ser al revés»
Elena Goni
Instituto Vasco de Estadística
La inmigración es importante también en el sentido de que «las mujeres de origen extranjero tienen una tasa de natalidad bastante superior», indicó Elena Goni, que insistió en que «el descenso» en los nacimientos «viene para quedarse». El retraso de la edad al tener el primer hijo y que las 'baby boomers', nacidas los años 60 y 70, tuvieron apenas 0,9 hijos por mujer –sus descendientes son los que están ahora en edad de procrear–, apuntalarán la tendencia a la baja. Por eso consideró que, en lugar de «intentar adaptar la demografía a los servicios», la ecuación debería ser la contraria.
«Vamos a una dualización donde tener más de 65 años es estar integrado socialmente y ser joven es ser vulnerable»
Xabier Aierdi
Sociólogo
Y esos servicios también deben mirar hacia los mayores de 65 años, un colectivo que, defendió Adela Balderas, tiene mucho que «compartir en cuanto a experiencia, a conocimientos…». Ellos «sienten, viven y consumen de manera diferente» y dejarlos a un lado es «no aprovechar los recursos». «Son un segmento francamente interesante. No son un grupo homogéneo y la personalización es clave», concluyó.