«No es eficaz destinar todos los recursos públicos al alquiler, hace falta diversidad»
Ha escrito 'El problema de la vivienda' y defiende impulsar la colaboración público-privada para elevar el parque de pisos asequibles en las ciudades
Exviceconsejero de Vivienda del Gobierno vasco con Javier Madrazo, actual director gerente de la sociedad pública de vivienda de Navarra y autor de 'El problema ... de la vivienda', libro que se presentará en la bilbaína biblioteca de Bidebarrieta el próximo martes. En medio de una ajetreada agenda, Javier Burón charla con este periódico sobre los retos a los que se enfrenta Euskadi en materia de vivienda.
- ¿Qué se ha hecho mal para que miles de personas no puedan acceder a un piso a un precio asequible en Euskadi?
- Podemos ir a las cosas que se han hecho mal, pero sin contextualizar, parece que todas las comunidades están igual y no es verdad. Euskadi lleva 25 o 20 años con una política autonómica de vivienda, con calificaciones permanentes, movilización de pisos vacíos... Si no se hubiera hecho todo eso, la situación sería más compleja.
- Pero no parece haber bastado.
- Seguramente se podrían haber invertido más recursos. En el libro defiendo que la colaboración público-privada es muy buena si el sector público sabe marcar límites y defender el interés general. En este caso, el Gobierno vasco ha querido hacerlo con medios propios. Y después, no sé si es una crítica, pero sí un matiz, creo que no es eficaz destinar todos los recursos públicos al alquiler social.
- Es justo lo que defiende el Ejecutivo autonómico.
- El Gobierno vasco viró su política y lo que dicen es que como hay un derecho subjetivo a la vivienda, primero hay que atender a las personas que lo tienen reconocido con el alquiler. No estoy criticando lo que se hace, que está bien, pero el problema es que si solo trabajas para un público y con determinadas características socioeconómicas, no introduces diversidad.
- Explíquese.
- El parque público se asimila a un instrumento de intervención social, que a su vez es un instrumento de política económica. Si tú quieres que el servicio público de vivienda sea grande, no puedes trabajar solo en intervención social. Tenemos necesidad de que haya diferentes públicos para generar mezcla social. Si el Gobierno vende viviendas, siempre conservando la propiedad del suelo y sin poder descalificarlas, obtiene recursos excedentarios. Dinero que puede gastar en el alquiler social, que por lo general es deficitario.
- Entonces, ¿hay que dar una vuelta de tuerca a la ley?
- O hacer más. Hay que trabajar en el alquiler social, pero una cosa es esa y otra que no trabajes para la gente que puede pagar un alquiler un poco más caro, aun siendo protegido, o que pueda comprar una vivienda protegida.
Músculo para construir
- Pero es una opinión unánime que lo que hemos aprendido del pasado es que fue un error entregar viviendas públicas en propiedad. Por eso la ley obliga a destinar todos los recursos al alquiler.
- Las leyes se cambian. La crítica no es frontal, está bien intencionada y no querría que la forma de entender el libro sea una crítica a Euskadi porque precisamente digo que mientras en el resto de España no se han hecho durante años ninguna de las cosas que había que hacer, en Euskadi y Navarra sí.
- Formó parte del equipo de Ezker Batua que redactó la Ley del Suelo que ahora se prevé modificar para rebajar los porcentajes de VPO en las promociones. ¿La medida ayudará a elevar el parque público?
- Espero que les salga bien, pero la operación tiene riesgo. Con mucha tutela pública se puede producir más vivienda protegida, pero reducir la reserva también implica que haya menos VPO. En operaciones que ya se iban a hacer, el cambio puede provocar que el número de pisos públicos se reduzca. Habrá que ver los resultados.
- Si pudiese echar la vista atrás, ¿qué haría para prevenir la crisis que hoy padece Euskadi?
- Me dan el 1% del PIB de Euskadi todos los años y lo arreglamos. Es un asunto de recursos. Tener dinero y gastarlo en buena orientación.
- ¿Y por qué no se hace?
- Porque cada uno lo ve de una forma. Los 'boomers', que por lo general han accedido a la propiedad, pueden entender que hay un problema, pero no son demasiado favorables a que cambien las cosas. En términos generales los rentistas son 'boomers' y los especuladores también. Y los 'millenials' o los 'zetas' no están suficientemente articulados para hacer presión.
- Habiendo sido cargo político, en el libro se pregunta por qué el 'establishment' político no responde a la presión de una generación. ¿Por qué lo cree usted?
- Por lo mismo. Los 'boomers' son más capaces de presionar para no alterar las cosas. Sostengo en el libro que no lo vamos a resolver hipotecando el futuro de España, sino haciendo políticas públicas más a la europea.
- ¿La solución es construir más?
- Y muchas cosas. El debate es cómo generamos pisos que sean asequibles, no cómo elevamos la oferta de viviendas sin más. Eso no va a bajar el precio. Necesitamos músculo y buscar la colaboración público-privada simbiótica. Que si se ponen recursos públicos, una parte de los beneficios vaya al sector público. Mezclar inversión privada y pública en empresas mixtas también es de interés.
- Las soluciones que plantea, ¿no se podrían haber aplicado antes?
- Claro que sí. Llevamos 100 años de retraso, pero ¿qué vas a hacer? ¿Criticarle a quien lo empieza a hacer o afearle al que no lo ha hecho? Las cosas ocurren antes o después por contextos socioeconómicos y por presión social.
-
«La carestía de la vivienda está rompiendo las sociedades»
- En su libro define la crisis de la vivienda como una «bomba que amenaza con colapsar España». ¿Cuándo llegará ese día?
- Ya ha llegado. Tenemos problemas muy serios. Veo que mucha gente no se ha ido de casa de sus aitas teniendo edad para hacerlo, que tiene que compartir piso con otros adultos por motivos económicos o que vive muy lejos del lugar en el que trabaja o tiene su vida. Y una cosa es no vivir en el centro y otra tener que dedicar una hora y media para entrar a trabajar. Estamos pagando un precio en salud mental, natalidad, emprendimiento...
- Los precios están en máximos. ¿Qué nos espera si no bajan?
- Que el país se rompa. Estamos rompiendo sociedades. Hay gente que ha cumplido con el contrato social, ha estudiado y está currando, y sin embargo no tiene el acceso a los instrumentos de vida que generaciones anteriores si tuvieron. Lo que creo es que no nos vamos a suicidar como país.
- ¿Entonces?
- Habrá un proceso de tensión, gente reclamando políticas públicas a la europea, más gasto, regulación... Habrá un cierto diálogo intergeneracional e interclasista con el que se acabará apretando el acelerador. El problema es el tiempo. La gente quiere respuestas ya. Y ahora lo que se puede hacer es declarar zonas tensionadas y más ayudas al alquiler, que es lo que hace Euskadi.
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