Los profesores de Jesús María anulan la huelga

El sindicato ELA amagó con iniciar movilizaciones ante las complejas negociaciones que tendrán lugar en los próximos meses como consecuencia de la fusión, a partir del próximo curso, de Jesús María con Jesuitinas en un nuevo proyecto educativo, Zabalbide ikastetxea. Los trabajadores trataban así de presionar para obtener garantías de que mantendrán sus empleos después del verano.

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ELA es el sindicato mayoritario en la red de centros de iniciativa social, entre los que se incluyen todos los de Kristau Eskola. Tras la huelga en el sector de 2019, se llegó a un acuerdo con las patronales para crear un sistema de recolocación del personal afectado por el «cierre de aulas». Este mecanismo establece que en primer lugar perderán su puesto aquellas personas que soliciten la baja en el centro de forma voluntaria. Después, el personal con menor antigüedad.

También se creó una bolsa común desde la que ir recolocando a los trabajadores en función de su antigüedad en la bolsa y en el sector. La idea es facilitar las jubilaciones anticipadas y las jubilaciones parciales mediante contratos relevo, de forma que los excedentes de plantilla se destinen a cubrir las vacantes generadas.

El caso de Zabalbide es paradigmático porque se trata de la primera fusión en Bizkaia entre dos colegios concertados. Las negociaciones entre las direcciones y los empleados tendrán que tener en cuenta el número de alumnos –y, por tanto, de aulas– del nuevo colegio. Algo que todavía no está del todo claro, toda vez que más de un centenar de familias de Jesús María han solicitado abandonar el centro durante el periodo ordinario de matrícula.