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PNV, PSE y EH Bildu han recuperado la unidad de acción en materia educativa. Los partidos del Gobierno y la principal fuerza de la oposición ... han escenificado este jueves en el Parlamento vasco un acercamiento y han acordado trabajar juntos en la renovación del mapa escolar. Un ejercicio inevitable teniendo en cuenta el impacto que la baja natalidad está teniendo en las aulas vascas. Algunos colegios tendrán que cerrar sus puertas y otros se fusionarán. En estos momentos al menos una treintena de centros educativos vizcaínos se encuentran en una situación de extrema debilidad.
EH Bildu quiere tener voz en este proceso. Este jueves se debatían dos iniciativas sobre el papel de la escuela pública y la renovación del mapa escolar, asuntos íntimamente ligados. Los soberanistas han pactado una enmienda transaccional con jeltzales y socialistas para «actualizar» el mapa escolar con la «implicación de todos los sectores concernidos, incluyendo los centros escolares y los ayuntamientos» (Bildu es la principal fuerza municipal de Euskadi), de forma que se «fortalezca el modelo de escuela pública». Todo ello siguiendo los criterios del acuerdo educativo de abril de 2022, que sirvió de base para le Ley de Educación.
«Me gustaría que más que una escenificación este acuerdo se tradujera en un calendario de trabajo y en una comisión de seguimiento», ha señalado el portavoz de la coalición abertzale, Ikoitz Arrese, que ha negado que el pacto alcanzado sea «un cheque en blanco».
En los últimos meses, diversos sectores de la comunidad educativa -sindicatos, asociaciones de familias y partidos políticos- denuncian que el Departamento de Educación actúa de forma «unilateral» a la hora de decidir fusionar o cerrar colegios. En el caso de Bizkaia, esto ha sucedido, por ejemplo, en Portugalete o en Txurdinaga. Ahora, Bildu quiere recuperar su posición como interlocutor preferente de la consejería, como sucedió durante el debate de la Ley de Educación, pese a que la norma finalmente no contó con el aval de los soberanistas.
Aritz Abaroa (PNV), por su parte, ha reivindicado que el acuerdo educativo está «más vivo que nunca». Ha rechazado las acusaciones de «unilateralidad y soberbia» que se achacan a la consejería tanto a la hora de redefinir el mapa escolar como de afrontar el conflicto laboral en la escuela pública. Desde esa perspectiva, el exalcalde de Bermeo ha puesto como ejemplo de la «voluntad negociadora» del departamento los recientes acuerdos para renovar los convenios de Educación Especial y del Consorcio de Haurreskolak. Y ha subrayado el «compromiso» de la Administración con la escuela pública.
Por parte del PSE, Estíbaliz Canto ha defendido que la actualización del mapa «debe ser consensuada» y ha advertido que los socialistas «sólo aceptaremos que se fortalezca el modelo de escuela pública, para que no sea pagana de la bajada de la natalidad».
Parte del debate se había planteado de la mano de Jon Hernández (Sumar), que ha acusado al Gobierno vasco de «gobernar al servicio de la concertada». A su juicio, las políticas educativas «socavan la educación pública» y ha criticado que «se conciertan aulas incluso antes de que consigan la autorización». Se refiere Hernández a que en las órdenes de concertación del pasado mes de septiembre se puede leer que la concertación de algunas aulas se encuentra «condicionada a la autorización» de las mismas. Algo que el PNV ha negado tajantemente. «Eso no es así», ha señalado Abaroa.
Muriel Larrea (PP) ha recordado que la caída en el número de nacimientos «exige una planificación» y ha exigido que «se tiene que permitir que las familias sigan eligiendo» centro educativo.
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