Las ikastolas concertadas intentan cubrir su financiación con la venta de bonos

El objetivo de la iniciativa es «reforzar la financiación» de este grupo de la enseñanza concertada que, según han denunciado su responsables en numerosas ocasiones, no cubre los gastos con el dinero público que reciben y deben recurrir a otras vías para obtener recursos. «Es una manifestación de solidaridad hacia el proyecto educativo propio de Euskal Herria mediante la aportación económica de la ciudadanía a favor de las ikastolas», valoran. Las tarjetas llegarán a los centros la próxima semana, que se encargarán de su venta a través de las familias, establecimientos y entidades que se sumen al proyecto.

Los responsables de Ikastolen Elkartea, presidida por Koldo Tellitu, inciden en que adquirir las tarjetas es «un gesto» de apoyo a su «modelo educativo». «Al comprar estos bonos solidarios, la ciudadana participará en el desarrollo del alumnado de las ikastolas, para que en el futuro sean euskaldunes comprometidos, seguros de sí mismos, cooperativos, creadores, plurilingües, emprendedores reflexivos y para que tengan criterios críticos y visión científica», define el colectivo.

La idea tiene su origen en las fiestas del sector -Ibilaldia, Araba Euskaraz, Kilometroak, Herri Urrats y Nafarroa Oinez-, organizadas con el propósito de, además de promocionar el euskera y la cultura vasca, lograr una inyección económica para la ikastola organizadora de la cita. «Cada año conseguimos recursos gracias a que cientos de miles de personas nos ofrecen su solidaridad, gota a gota, -de ahí el nombre de la campaña-», señalan sus responsables.

En estos eventos se abren vías para obtener ingresos mediante la venta en txosnas de artículos y ropa, tómbolas, sorteos, cajas de donativos en los accesos, o en los espectáculos culturales y deportivos. El dinero recaudado se destina al centro que acoge la celebración, principalmente para realizar obras de reforma o construcción de infraestructuras académicas o deportivas.

Sin embargo, los costes económicos «cada vez mayores» en la organización de «eventos de esta envergadura» han reducido los ingresos, detallan desde Ikastolen Elkartea. Si en una jornada con buen tiempo y alta participación se lograba un beneficio «de entre 200.000 y 300.000 euros», esas cifras son difíciles de conseguir en una cita festiva con lluvia en la que falla la asistencia y se disparan los gastos.

Una de las actividades estrella para obtener ingresos en las fiestas son los sorteos, en los que los asistentes adquieren boletos y se rifa una cantidad económica. Ahora las ikastolas utilizarán ese modelo en su nueva iniciativa, aunque los beneficios se dedicarán a todo el grupo y no a un solo centro. Entre los compradores de las tarjetas se sortearán 60.000 euros en junio de 2020.

Los responsables de Ikastolen Elkartea argumentan que la financiación pública que reciben del Gobierno vasco «no llega para cubrir el gasto ordinario». Por ese motivo, deben «buscar otras vías» para captar recursos, como el cobro de cuotas a las familias, la celebración de fiestas o esta nueva campaña de venta de bonos. Calculan que el incremento de la aportación pública que precisaría todo el sector concertado -incluidos Kristau Eskola y el resto de patronales- rondaría entre 120 y 130 millones de euros más al año, sobre los más de 600 actuales, para hacer frente a la factura del servicio educativo y mantener los centros.

Las ikastolas aprovecharán el programa Tanta para dar a conocer su sector. En una de las caras de estas tarjetas se incluirá la historia, momentos y personas clave en la trayectoria de este grupo educativo. La primera persona elegida para lanzar los bonos es Elbira Zipitria, pedagoga, andereño e impulsora de estos centros de enseñanza en euskera.