De la Ikastola Begoñazpi de Bilbao a Panamá gracias a la robótica
Alumnos 4º de la ESO del centro bilbaíno participarán los próximos 7, 8 y 9 de noviembre en la Olimpiada Mundial de Robots en el país centroamericano
De Bilbao a Panamá. Un grupo de estudiantes de la Ikastola Begoñazpi de la capital vizcaína viajarán la próxima semana al país centroamericano para participar en la Olimpiada Mundial de Robots los días 7, 8 y 9 de noviembre. Una competición internacional que se celebra desde hace 19 años en la que participan alumnos de 80 países. Entre ellos Galder, Amaiur y Garazi, de entre 15 y 16 años.
El objetivo de la iniciativa es acercar a los jóvenes a la tecnología e ingeniería de una manera lúdica y divertida. El equipo de Begoñazpi Ikastola acude a la final mundial después de alzarse con la competición estatal celebrada en La Seu d'Urgell (Lleida) y competirá en el reto RoboSPORTS con robots construidos con LEGO. Deberán construir un robot hecho de LEGO que compita en un juego deportivo. Una especie de ping-pong o tenis en el que los robots tendrán que colocar todas las bolas en la mitad opuesta del campo de juego.
No es la primera vez que alumnado del centro participa en competiciones de estas características. Begoñazpi ha acudido a tres de las finales mundiales de la First Lego League que se han celebrado en Estados Unidos. Este tipo de iniciativas son uno de los últimos y atractivos escenarios que afrontará el alumnado dentro del recorrido que hace la ikastola en cuanto a ciencia y tecnología.
«El alumnado empieza desde Infantil a trabajar con la robótica, con proyectos que están relacionados con LEGO, y a medida que avanzan cursos profundizan en aspectos como la programación y el diseño. Como punta de lanza, tenemos la competición interna Legoñazpi para el alumnado de 4º de ESO, que está directamente relacionada con la olimpiada WRO», destaca el profesor, Jokin Bernaola.
Relación saludable con la tecnología
También es una manera de desarrollar una relación más saludable con la tecnología. En un momento en el que el consumo de pantallas de los adolescentes es objeto de debate y preocupación, Bernaola apunta que «en los torneos les ves totalmente concentrados en la tarea que tienen que realizar, así como en su tiempo libre enseguida les ves en redes sociales, viendo vídeos o en plataformas de streaming, aquí ves que utilizan las tablets y los ordenadores para lo que lo tienen que utilizar, que es el reto».
«Esta la parte científica y tecnológica, que es muy importante, la parte de mecanismos, de diseño, de matemática, de cálculo, de programación; pero luego está la parte del trabajo en equipo, no todos los grupos funcionan bien al principio, tienen que aprender a llegar acuerdos, a adjudicar roles… Y esa parte es quizá más importante, porque cuando salgan del centro van a tener que trabajar en equipo», explica Bernaola.
Los miembros del grupo que acudirá a Panamá vislumbran un futuro académico y profesional vinculado a la ingeniería, en el caso de Amaiur y Galder, o a la robótica, en el caso de Garazi. Promover el interés y la pasión por las disciplinas de ciencia y tecnología es precisamente uno de los objetivos del enfoque educativo STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas) que vertebra este tipo de proyectos.
