El futuro de los colegios concertados, a examen
La caída de la natalidad, la reserva de plazas para vulnerables y el límite a la oferta conforman la «tormenta perfecta»
El sistema educativo vasco vive la «tormenta perfecta». La ola del desplome de la natalidad ya ha llegado a los colegios y se nota con ... fuerza en los cursos iniciales. A la par, el Gobierno autonómico ha introducido relevantes cambios en el proceso de admisión de los estudiantes para reducir paulatinamente la segregación del alumnado vulnerable y evitar su concentración en 'centros-guetto'. Y por último, el Ejecutivo acaba de aprobar el proyecto de ley de Educación, que aspira a transformar por completo el actual panorama.
Son demasiados frentes abiertos. Tanto cambio en tan poco tiempo provoca, inevitablemente, tensiones. Este periódico se ha puesto en contacto con más de una decena de centros concertados de Bizkaia para conocer de primera mano las sensaciones de sus equipos directivos. Y para muestra, un botón: la mayoría sólo accede a hablar bajo condición de anonimato. El momento es delicado y nadie quiere provocar ruido.
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Plazas para vulnerables
Familias rechazadas y puestos libres
Todos los centros han tenido que reservar plazas para alumnos vulnerables. En los colegios consultados, la cifra varía entre dos y una docena. Una queja extendida es que Educación ha calculado el porcentaje de estas plazas sobre las solicitudes recibidas durante la prematrícula y no sobre la capacidad del colegio para acoger escolares de 2 años, por lo que en prácticamente todos los casos han tenido que rechazar a familias que querían inscribir a sus hijos. Y esas plazas se han quedado vacías «porque no hay vulnerables y la consejería de Jokin Bildarratz tampoco los ha derivado».
Un ejemplo: si un centro oferta 100 plazas y recibe 80 prematrículas, Educación aplica el porcentaje sobre esta segunda cifra y obliga a reservar dos pupitres para vulnerables, dejando la matrícula real en 78 niños. «Es muy difícil explicar a una familia que no puede matricular a su hijo o hija mientras hay sitios libres», confiesa un responsable. La idea es que esas plazas se llenen a lo largo del curso. Los directivos consultados, no obstante, son escépticos y dudan de que vaya a llegar a Euskadi tal volumen de alumnos como para cubrir todos los puestos que ahora están vacantes.
«Estamos de acuerdo en combatir la segregación, pero no se está respetando la decisión de las familias»
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«Intercambio de cromos»
Alumnos derivados de un centro religioso a una ikastola
Alumnos no vulnerables que salen, alumnos vulnerables que entran... «Parece que estemos hablando de un intercambio de cromos», critica otra de las fuentes consultadas. Hay casos, cuanto menos, curiosos. Educación ha derivado estudiantes de un centro concertado a uno público; de uno religioso a una ikastola; de modelo B a modelo D... Incluso se han dado casos en los que han salido seis familias no vulnerables y su lugar ha sido ocupado por otras seis... no vulnerables.
«No se está respetando la decisión de las familias. Estamos todos de acuerdo en que hay un problema de segregación que tenemos que combatir. Pero que dejen a las familias elegir el modelo educativo que quieren para sus hijos», critica otra fuente consultada. Por eso, pide que «al menos se respeten las matrículas que las familias han elegido como primera opción, y más si es en centros en los que hay plazas libres». Educación argumenta que la inmensa mayoría de familias (el 94%) ha logrado plaza en su primera opción.
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Limitar la oferta
«El futuro es gris, está en juego la viabilidad del centro»
Otro elemento nuevo que ha introducido el Gobierno vasco es que, por primera vez, ha limitado el número de plazas que puede ofrecer cada colegio concertado. En la pública no se ha puesto tope. Así, los centros privados financiados con dinero público solamente pueden ofrecer los puestos que ya disponen este curso. Por ejemplo, un centro que el año pasado tuvo una prematrícula «floja» y se quedó en 50 alumnos de 2 años, este año sólo le permitían ofertar esos mismos puestos aunque históricamente tuviera 70 estudiantes por curso. «Antes te daban mucha más facilidad para que entrasen alumnos nuevos, incluso por encima de la ratio permitida», reconoce una responsable.
Hay algunos centros a los que ese tope de plazas y los cambios en el mapa escolar les han llevado a perder aulas. Un centro ofertaba 54 plazas y ha recibido 21 solicitudes. Pero Educación les ha limitado a 20: tienen reservadas dos plazas más para vulnerables (para hacerles hueco les han obligado a rechazar a una familia) que no se han llenado. «¿Por qué?», se pregunta su responsable. «Si nos garantizasen que las dos plazas de vulnerables se llenan y conseguimos que durante el curso venga algún alumno más, seguramente podríamos llegar a 26 alumnos». En ese caso, podrían abrir dos clases. Pero, tal y como está la situación ahora, solamente pueden llenar una. «Nos jugamos la viabilidad del centro», advierte. «Lo que nos han hecho puede ser una condena. Nos espera un futuro gris».
Hay centros a los que el límite de plazas y los cambios en el mapa les han hecho perder clases
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Y el año que viene, ¿qué?
¿Se limitarán las plazas en cursos futuros?
Tal y como se ha explicado, la reserva de plazas solamente se aplica en el aula de dos años. La pregunta es: ¿qué pasará cuando esos alumnos pasen el curso que viene al aula de tres años? ¿Habrá que reservar el mismo número de plazas? ¿Y qué pasará si las de este año finalmente no se llenan? ¿Podrá inscribirse alumnado extra o seguirá estando limitada la matrícula? Son cuestiones para las que los centros todavía no tienen respuesta.
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El futuro
Cierre de centros y fusiones entre colegios
Más allá de los problemas del curso actual, el principal reto a largo plazo es el desplome de la natalidad. No hay niños. En 2022 nacieron menos de 14.000 por primera vez desde que hay registros. Con este panorama, hay centros que, inevitablemente, cerrarán. En los últimos años lo han hecho media docena. Sin embargo, el futuro pasa por la fusión de colegios. Hay tres concertados de San Sebastián que ya lo van a hacer el año que viene. El consejero Bildarratz también lo plantea para la red pública.
La tramitación de la Ley de Educación arranca el martes
El martes arrancará la tramitación de la Ley de Educación con las aportaciones de los primeros expertos cuya comparecencia en el Parlamento vasco ha sido solicitada por los distintos grupos políticos. Son varias decenas, por lo que se espera que el trámite se alargue durante semanas. El calendario aprieta y hay serias dudas de que la Ley pueda aprobarse esta legislatura, a pesar de que el Gobierno se ha fijado ese horizonte como objetivo. De hecho, las comparecencias se inician en una semana en la que no hay actividad en la Cámara autonómica por las elecciones municipales y forales.
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