Ensayo sobre el enfado para iniciar la Selectividad
Un total de 13.100 alumnos de Bachillerato y FP se presentaron ayer a la Prueba de Acceso a la Universidad en Euskadi (PAU)
Es probable que más de uno recuerde los nervios previos al primer examen de Selectividad. Se trata de una sensación difícil de olvidar. Ayer, un ... total de 13.100 estudiantes de Bachillerato y FP se enfrentaron a la Prueba de Acceso a la Universidad en Euskadi y afrontaron la jornada con tensión y cierta «incertidumbre», pero también con «ganas», porque después de todo el esfuerzo, cada vez están más cerca de lograr su objetivo: acceder a las carreras que desean.
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Los alumnos realizarán los distintos exámenes hasta mañana -como mínimo, cinco: euskera, lengua castellana, lengua extranjera, historia o filosofía y asignatura de modalidad-. Se trata de la edición más exigente desde la pandemia, cuando se diseñaron unas pruebas muy flexibles que buscaban compensar los efectos del confinamiento en el aprendizaje de los chavales. Hasta ahora, disponían de dos modelos de examen y podían combinar los ejercicios de ambos. Eso ya no es así y solamente habrá uno. Por otro lado, también será la Selectividad menos memorística, ya que se aboga por que desarrollen su conocimiento y lo apliquen a distintas realidades.
Ayer la prueba arrancó con el examen de euskera. Un texto firmado por la periodista Amagoia Mujika (Andoain, 1971) protagonizó el examen. Los alumnos tuvieron que analizar un artículo titulado 'El arte de enfadarse bien' y, en general, las expectativas fueron altas: «Ha sido bastante fácil. Me lo esperaba peor», celebraron varios de los estudiantes.
Una vez finalizado, pudieron relajarse antes del siguiente examen, el de Historia. Mientras algunos echaban un vistazo a las respuestas durante el tiempo libre, otros calmaban la tensión comiendo su 'hamaiketako'. «¿Qué has puesto en esta?». «¿Qué te ha parecido?». «Pues yo he escrito otra cosa». «¡Ay madre, queda lo peor!». Eran algunas de las frases que se escuchaban a las puertas de la Facultad de Economía y Empresa de Elcano de Bilbao, una de las sedes para realizar la prueba. Los estudiantes no dejaban de pasar las hojas de sus apuntes, engalanados con subrayadores de colores.
«Pensaba que iba a ser un texto más difícil y con más tecnicismos, pero ha ido bastante bien», agradecía Amal Mellas, que fue una de las primeras en salir. Y lo tuvo claro: «No soy de las que repaso mucho antes de entrar, porque, si no, siento que se me olvida todo», reía. Noah Rizzetto, alumna de Avellaneda Ikastetxea, también salió con buenas sensaciones de la prueba de euskera. Su idea es estudiar el grado de Ciencias Políticas y Gestión Pública, y, aunque en su caso no le exijan mucha nota, quiere obtener buenos resultados, porque es la recompensa a todo un esfuerzo que ha durado meses. «El examen que más miedo me da es el de historia, siempre», aseguraba ayer a este periódico. En algunos casos la nota sí que preocupa. Y mucho. Nerea Refoyo y Naroa Presa, del colegio Antonio Trueba de Barakaldo, quieren estudiar Magisterio y Psicología, respectivamente. Necesitan más de un 10 para poder acceder.
«Mucho temario»
En algunos casos la competencia es fortísima. Una decena de grados de la UPV/EHU, sobre todo del ámbito sociosanitario, tienen notas de corte superiores a 12: Biomedical Engineering, Medicina, Bioquímica y Biología Molecular, Odontología, Biotecnología, Física e Ingeniería Electrónica, Física, Business & Economics... Aunque la de las amigas no sea de las notas más altas, exige un gran esfuerzo, y confían en obtener el resultado deseado. Se mostraron optimistas. «Esperamos conseguirlo. En el examen de euskera para un 7 al menos creo que nos da», relataron.
Los nervios resultaron inevitables, pero algunos compañeros los gestionaron con éxito. Gorka Ares fue uno de ellos. «Hay que ir tranquilo porque, si no, te pueden jugar malas pasadas», contó este alumno, que quiere ser ingeniero informático y aseguró que «no hubo sorpresas ni complicaciones» en el examen de euskera. El segundo fue el de historia. Los estudiantes vascos se enfrentaron a uno de los considerados 'huesos' de la Prueba de Acceso a la Universidad el primer día, y lo cierto es que hubo sensaciones de todo tipo. Una de las partes consistía en explicar las causas de dos grandes acontecimientos: la crisis de 1917 y la revolución industrial vizcaína.
«No basta con saber el tema y explicarlo con tus palabras»
Jone Madariaga, del instituto Ignacio Ellacuría-Zurbaran, de Bilbao, fue una de las alumnas que ayer salió del examen de historia con algo de incertidumbre. Su madre es historiadora y ha decidido cursar la carrera el próximo año porque siempre le ha gustado. «Me viene de familia. Eso sí, me ha costado preparar el examen para Selectividad. No me parece que esta prueba sea tan competencial como la venden. Creo que se sigue enfocando para que estudies de memoria. No es suficiente con que controles el tema y lo expliques con tus palabras», relató. También añadió que muchos compañeros descartaron materia porque había mucho contenido. «Hay gente que solo ha estudiado 10 temas de 12, por ejemplo», añadió.
Para muchos se trata de la asignatura más difícil de todas, porque «es mucho temario» y han tenido que invertir «bastantes horas» para poder prepararlo bien. El problema, según indican, es que algunas preguntas resultaron «confusas».
En este sentido, Izaro Maroto, estudiante del instituto Ignacio Ellacuría, explicó que preguntar por las causas y las consecuencias de los acontecimientos históricos «ha desconcertado un poco». «Se han portado... pero llegas al examen con miedo porque no sabes si lo que has estudiado te va a servir». «Quizás hubiera sido más fácil poner una pregunta general para demostrar el conocimiento de cada uno, porque al ser concretas se reduce mucho», relató la alumna.
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