Las dos convocatorias de Selectividad se harán en julio y el examen será más sencillo
En Euskadi se celebrará el 6, 7 y 8 de julio y dará más opciones de preguntas al alumno para que no le perjudique la pérdida de clases
El Ministerio de Educación acordó este miércoles con las comunidades el calendario de la Selectividad y dar más facilidades a los alumnos para que no les perjudique la pérdida de clases presenciales por la crisis sanitaria. El Gobierno central pemitirá a las autonomías celebrar la evaluación de acceso a la Universidad (EBAU) entre el 22 de junio y el 10 de julio en convocatoria ordinaria y antes del 10 de septiembre en la cita extraordinaria.
El Departamento vasco de Educación decidió realizar los exámenes el 6,7 y 8 de julio en primera convocatoria y que la repesca se haga los días 20, 21 y 22 de ese mismo mes. El Gobierno vasco ha logrado de este modo el visto bueno a una de sus principales reivindicaciones: que la prueba de recuperación no se celebre en septiembre como planeaba el Ministerio. «Se ha fijado el calendario ante un escenario en el que, en el peor de los casos, se pudieran retomar las clases para comienzos de junio», explicó ayer la consejera Cristina Uriarte.
En todo caso, las fechas propuestas para la realización de la Selectividad dependerán de la evolución de la pandemia, advirtió ayer el Ministerio. Y, al margen del calendario que establezca cada comunidad, la asignación definitiva de plazas en las universidades no se podrá realizar antes del 25 de septiembre.
La reunión de ayer entre los responsables educativos de las comunidades y el Ministerio que dirige Isabel Celaá, se hizo vía telemática y tenía como único punto abordar la incidencia de la crisis del coronavirus en la aulas. El Ministerio, para «asegurar que el acceso a la Universidad se produce en términos de equidad y justicia», acordó modificar el modelo y el contenido de las pruebas. «El objetivo es que el alumnado no se vea perjudicado por no haber trabajado en clase alguna parte del temario de las asignaturas», subrayó. El Gobierno quiere evitar que la brecha digital, la falta de recursos tecnológicos para seguir la formación a distancia en algunos hogares, perjudique a los alumnos con menos recursos.
Tranquilizar a las familias
Las comunidades, que son responsables de elaborar y corregir la prueba, respetarán el formato actual pero simplificarán los exámenes. «Los alumnos podrán elegir entre un número mayor de preguntas para garantizar al 100% que versan sobre contenidos que han trabajado», indicaron fuentes del Ministerio. «El modelo ha sido bien acogido por las comunidades y ahora toca ajustarlo con los equipos técnicos», valoró la ministra.
La consejera de Educación, Cristina Uriarte, incidió ayer en que Euskadi, «en base a su ámbito competencial», será la responsable de «adaptar las pruebas actuales, revisar los criterios de evaluación o flexibilizar el tipo de examen». Esa labor la desarrollará «en coordinación con la Universidad del País Vasco».
La ministra Celaá quiso también mandar un mensaje de tranquilidad a los padres, entre los que crece la preocupación a medida que pasan los días con los centros cerrados y la epidemia no da señales de remitir. «Queremos que el alumno demuestre lo que sabe, no lo que no ha dado. Las familias no deben preocuparse porque estamos trabajando para que ningún escolar pierda el curso por la pandemia», aseguro Celaá. Añadió que «confía» en que los estudiantes tengan «unas semanas» para repasar en el aula los contenidos más importantes del curso antes de que se celebre la prueba de acceso a la Universidad.