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maika salguero

«Por fin estamos completamente liberados»

Sin restricciones. Algunos centros concertados adelantaron ayer el regreso a las aulas, ya con plena normalidad tras la eliminación de todas las medidas sanitarias

Jueves, 8 de septiembre 2022, 00:52

Después de tres meses de vacaciones, el despertador volvió a sonar pronto para algunos escolares vizcaínos. Aunque el curso arranca hoy de manera generalizada, varios ... centros de enseñanza se adelantaron e iniciaron ayer las clases -otros lo harán el próximo lunes-. Tocó volver a meter los libros en la mochila, recuperar rutinas, reencontrarse con los amigos, conocer a los nuevos profesores y afrontar el primer curso sin restricciones en dos años.

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El covid dejará de ser un obstáculo en los colegios. El pasado mes de abril el grueso de las medidas sanitarias quedaron suprimidas por el alto nivel de inmunidad en la población y estudiantes y profesorado pudieron retomar sus relaciones con plena normalidad, sin mascarillas ni grupos burbuja. Restricciones que, sin duda, han limitado las relaciones entre los compañeros de clase y la comunicación entre maestro y alumno, mermando el desarrollo emocional y la capacidad de aprendizaje de los menores, tal y como han venido reconociendo los expertos en un sinfín de ocasiones.

«Por fin estamos completamente liberados», afirmó Silvia Casas, profesora de Primaria en el colegio San Francisco Javier de Santurtzi, uno de los centros que reabrieron las aulas. Según explicó esta docente, antes del verano todavía se mantenían separaciones en algunos espacios, pero la mascarilla desapareció casi por completo de las clases. Sólo algunos maestros la mantenían por precaución. «Ha sido importante quitarlas, sobre todo por ver las caras de los alumnos, se expresan de otra forma. Vemos gestos que no podíamos apreciar si tenían el rostro tapado. Eso es fundamental para acercarse al alumno y para un mejor aprendizaje», destacó.

Además, los centros educativos han podido organizar este año sus espacios como lo hacían antaño. Durante estos dos años de pandemia, muchos colegios han tenido que ampliar el comedor para mantener las distancias entre los alumnos y en algunos casos la fórmula fue utilizando instalaciones como bibliotecas, gimnasios, salas multiusos... En el caso del centro santurtziarra, su director, Jesús Alonso, relató que los estudiantes que se quedan a comer no lo hacen por turnos, «ya todos a la vez». «Es un alivio. Han sido tres años de completa locura. A ver si todo va bien. Espero que sí. Estamos en una situación más controlada», manifestó. Los alumnos de ESO y Bachillerato de este centro concertado del barrio de Kabiezes, entraron a clase resignados, pero contentos por verse con los compañeros. Áfrika, la hija de Inés Arroyo, se mostró «muy contenta, aunque el verano les ha parecido corto», indicó esta vecina del municipio.

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«La cuota mensual nos ha subido 3 euros. No es mucho, pero sumas mes a mes y se nota»

A lágrima viva

Los más pequeños, los alumnos de Infantil y Primaria, se despedían de sus aitatxus, algunos a regañadientes. Oier, de 6 años, se agarró un buen berrinche. «¡No quiero ir! ¡No voy a entrar!», chillaba a lágrima viva. Ainhoa Ruiz, su madre, hacía lo imposible por calmarle y convencerle, pero el crío no desistió hasta que vio a su profesora. «Le he dicho que estaba su andereño del año pasado y ya se ha tranquilizado», afirmó la mujer.

El nuevo curso lectivo también arrancó marcado por el encarecimiento de la vuelta al cole. Se calcula que este año el incremento del gasto será del 20%, por lo que el desembolso ascenderá a casi 500 euros por hijo, unos 80 euros más que en 2021. La escalada desorbitada de la inflación ha provocado el aumento del precio de muchos productos y servicios básicos como el material escolar, libros de texto, uniformes, comedores, transporte escolar... Ainhoa ha notado el incremento. «La cuota mensual del cole nos ha subido unos 3 euros. No es mucho, pero sumas mes a mes y se va a notar», aseguró.

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Otros centros concertados, como la ikastola Kurutziaga, en Durango, también funcionaron ayer a pleno rendimiento. Su director, Urko Rodríguez, desveló que «en el claustro de hoy ni siquiera se ha mencionado la covid». Preocupan más otros problemas, como la bajada de la natalidad. Aunque en su caso no han tenido que cerrar aulas por la falta de niños, en la guardería sí han notado un descenso de matriculaciones por la ampliación de las bajas de paternidad. «Es bueno para las familias y los niños que estén más tiempo juntos, pero al ser las bajas paternales más largas, la entrada en la guardería se retrasa. Tendremos que saber adaptarnos a esa situación», subrayó.

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