«Le va bien al profesor que entiende la Inteligencia Artificial, se forma y la usa»
Asegura que la IA «ha llegado para quedarse» y aboga por que las universidades tengan «liderazgos fuertes» para definir su plan digital
Miguel Ángel Montoya (Guadalajara, México, 1970) es doctor en Economía, profesor, investigador y director en Europa del Instituto del Futuro de la Educación, entidad dependiente del Tecnológico de Monterrey, una universidad privada mexicana. Acaba de presentar, en colaboración con Mondragon Unibertsitatea, el informe 'Educación Digital en las universidades: una guía de implementación integral'.
- Si tratamos la digitalización es imposible no hablar de Inteligencia Artificial (IA). ¿Cómo ve el futuro inmediato?
- Es un cambio del cual no podemos huir y que ha llegado para quedarse. El punto es cómo lo usas inteligentemente para lograr los objetivos educativos de tu institución. En este sentido, nos hemos encontrado con tres tipos de profesores.
- ¿Cuáles son?
- Primero, los que han entendido la IA, se han capacitado y la utilizan con éxito en sus clases junto con sus estudiantes. A ésos les va muy bien.
- ¿Y qué pasa con los que no la han abrazado?
- Son profesores que han decidido ignorar la IA, como si no existiera. Pero sus alumnos sí la usan, así que tratan de prohibirla. Y eso acaba en un vendaval en el aula, porque no sabes qué es de quién, cómo se hizo, por qué...
- ¿Y la tercera clase de docentes?
- Son aquellos que tienen que usar la tecnología digital, más que por convencimiento, por obligación, porque es la política de la universidad. Entonces se capacitan, o los malcapacitan, y la acaban utilizando mal. Y, lo que es peor, los estudiantes se dan cuenta inmediatamente.
- Es complicado...
- La irrupción de la IA es un proceso que no podemos rehuir, debemos ser inteligentes al aplicarla y los profesores necesitamos tiempo para acabar de entenderla.
- Capacitación tecnológica, lingüística, cursos, protocolos... Da la sensación de que al final a los profesores no les dejan estar a lo que tienen que estar, que es enseñar, ¿no?
- La profesión de docente es difícil, como muchas otras. Yo llevo como profesor 27 años, así que defenderme y defender a los colegas es lo mínimo que puedo hacer. Pero hay que saber hacia dónde van las cosas y cuál es el objetivo final del programa o de la escuela.
- ¿Se puede garantizar que los alumnos no hagan trampa?
- Creo que cada vez cobra más valor lo de la evaluación por competencias, porque ahí es más difícil que la IA sustituya al alumno. Estamos viendo cómo empiezan a cambiar los sistemas de evaluación. Por ejemplo, ha regresado algo que no es que se hubiera ido, pero de lo que sí nos habíamos olvidado, que son los exámenes orales.
«Los exámenes orales son una forma de detectar si los alumnos hacen trampa con la IA»
«No es un fin en sí mismo»
- ¿Por qué han decidido elaborar la guía?
- Porque las universidades nos preguntaban mucho cómo abordar sus procesos de digitalización: rectores, decanos, profesores, colegas, investigadores... todos tienen muchas dudas.
- ¿Qué dudas son esas?
- ¿Debo digitalizarlo unas clases sí y otras no?, ¿todos mis profesores deben ser hábiles digitalmente o sólo algunos?, ¿cómo organizar el currículum si incorporo la digitalización?...
- ¿Y qué les responden?
- Creo que depende del público. Insisto en que en todo momento estamos hablando de educación para adultos. Creo que aquí hay algunos sectores que pueden estar 100% digitalizados.
- ¿Por ejemplo?
- Pues másteres en gestión o en habilidades más blandas. Una carrera de fisioterapia o enfermería es difícil que sea 100% digital, ¿no? Pero incluso ahí se pueden digitalizar contenidos. La clave está en la hibridez, en un término medio. La digitalización no es un fin en sí mismo. El fin es saber qué objetivo persigue la universidad. Pero para eso hace falta un liderazgo fuerte que delimite qué se quiere conseguir y para qué.
