Arrancan los euskaltegis: tutoría digital, menos alumnos por clase y más limpieza

En Euskadi hay 104 euskaltegis inscritos, que enseñan euskera a unos 35.000 adultos cada año. Desde HABE explican que no existe un protocolo general para todos los centros, sino que cada uno, dependiendo de las características del inmueble y de la matriculación, deberá elaborar un plan de contingencia propio. Desde el Gobierno vasco, la única norma que reglamenta las medidas a seguir es el punto 6 del apartado tercero de la orden del departamento de Salud publicado el 19 de agosto en el Boletín Oficial del País Vasco. En ese documento se dictamina que «la actividad podrá impartirse de un modo presencial y con un máximo de hasta 25 personas. Deberán establecerse las medidas para procurar mantener la distancia de seguridad interpersonal en las instalaciones. El uso de mascarilla será obligatorio, aunque se mantenga la distancia de seguridad de 1,5 metros».

A pesar de que no hay una directriz general de actuación, HABE sí que ha tomado la decisión de disminuir el ratio de estudiantes por cada aula. Si antes el mínimo eran 9 personas y el máximo 18, ahora los límites están entre 8 y 15. Además, las clases deberán ser de 20 metros cuadrados y tienen que tener ventanas. «Si hay que mantener la distancia social, en un cuarto con esas dimensiones no entran 15 estudiantes», dice Nerea Telleria, directora del euskaltegi Juan Mateo Zabala, en la bilbaína calle Gordóniz. «Como mucho serán clases de 13. Habrá muchos que serán incluso de menos. Antes con 16 estudiantes formabas un grupo bueno, ahora tendrán que ser dos de ocho. Entonces habrá que preparar dos sitios diferentes, y pagar a dos profesores distintos», añade.

En este centro no han cesado las clases intensivas de verano, que se han llevado a cabo con altas medidas de higiene y desinfección. Según explica Telleria, seguirán así durante este curso. No obstante, el número de alumnos entre octubre y junio incrementará de forma exponencial por lo que tendrán que ahondar más en ciertos aspectos. «La higienización será muy importante. Hasta ahora las trabajadoras de la limpieza venían a primera hora y a última. Ahora tendrán que venir, seguramente, a la hora de comer», detalla. Otro problema surge con las aulas. Cada dos horas se cambian los grupos de alumnos, y hay que desinfectar las mesas y los asientos. Para que no se formen aglomeraciones a la hora de entrar y salir, establecerán distintos horarios para que no coincidan. Lo que tiene claro es que la apuesta es por las clases presenciales, pero cuenta que si cambia el escenario, ellos están preparados para otras alternativas. «Hemos formado a los profesores para que den clase y evalúen a los alumnos de forma online desde casa», detalla.

En AEK también se están preparando para distintos escenarios. La coordinadora de alfabetización de euskera ha preparado un protocolo estableciendo las distintas formas de dar clase: presencial, autoaprendizaje –con tutoría en euskaltegi o de forma telemática–, online, mixto y el en barnetegi de Forua –de octubre a junio–. Aún así, crearán un sistema digital «por si se complica la situación y tenemos que trabajar desde casa».